Blush Filter de Huda Beauty: pura dulzura
Después de más de medio año de idilio, yo creo que puedo hacerlo oficial: ¡amo el (ya no tan nuevo) colorete líquido de Huda Beauty!
Y no, no era tan fácil enamorarme: por un lado, la firma nunca había llamado mi atención; por el otro, mi formato favorito de rubor ha sido siempre el tradicional en polvo: nunca me he entendido bien con cremas ni con fluidos.
Pero este envase que bien podría ser una gominola o algún tipo de dulce gelatina, este aplicador ultra preciso y una fórmula que se funde de forma adorable en la piel me han conquistado, lograron que bajara mis defensas.
Por fin estoy a la moda, me he rendido sin armas ni bagajes al colorete líquido: a principios del pasado verano me hice con la que entonces era rabiosa novedad, el colorete Blush Filter de Huda Beauty en el tono Peach Sorbet...
Y este mágico filtro se convirtió en mi rubor favorito por encima de mis clásicas polveras de Nars o Too Faced, y en un incondicional de mi neceser. Durante todo el verano estuve usando y abusando de él, y me cautivó lo fácil y amorosamente que se fundía en la piel: nada que ver con las pastuflas mantequillosas o arduas texturas cerúleas que yo había temido...
Ahora me apetecía "picar" con un tono un poco menos previsible en mí, pues ya sabéis que el melocotón 🍑 es siempre mi opción primera...
No quiero que se me entienda mal: el Peach Sorbet es un sueño y me pasaría la vida utilizándolo sola y exclusivamente, porque es la tonalidad que me encanta al dar vida a mis mejillas: el melocotón es vida, el melocotón es amor...
Pero no sólo de este dulce y vivo tono viven los pómulos de Adaldrida, la hobbit pija también ama los rosados inocentes y golosos, y antes de saber que Huda iba a presentar un nuevo color lavanda absolutamente espectacular, en estas navidades decidí pedir a los Reyes Magos el que hasta ahora ha sido el tono más dulce de la colección: Cotton Candy.
Un rosa frío, pero no de una frialdad extrema: no vira al ciruela ni al malva ni tiene una base tan azul: yo diría que es un rosa piel, la carnación natural de las mejillas sonrosadas en una tez blanca, y me recuerda a uno de mis rubores en crema más añorados: el Penny Lane de Nars.
También resulta facilísimo teñir los pómulos con esta tonalidad, casi más que con la primera que elegí: es como si mi piel llevara toda la vida esperando un colorete rosa así, justamente esta tonalidad.
Aquí tenéis el estreno del dulcísimo Cotton Candy de Huda Beauty en un día sevillano de luz tímida: es verdaderamente algodón de azúcar, aunque siendo fiel a la tradición y a mis fijaciones personales lo llamaré rosa batido de fresa Okey, sí, el de mi infancia.
Muy chulis los dos
ResponderEliminarMuy bonitos los dos. Yo tengo dos coloretes fluidos y me da pereza aplicármelos por el difuminado
ResponderEliminarMe encanta el más rosita.
ResponderEliminarM.
Bonjour, vous avez une peau magnifique, pouvez vous nous donner conseils de routine de soins s'il vous plaît ? Et j'adore 💕 aussi votre maquillage. Cordialement
ResponderEliminarQué bonito te queda el más rosita. .
ResponderEliminar