Colección La Playa, de Belle: looks relajados de casi verano

Un poco antes de irme a teletrabajar a mí paraíso particular, que no está en ninguna playa sino en la mágica montaña alavesa, me llegó un delicioso paquetito desde Belle, la marca de cosmética y maquillaje que comercializan los supermercados Eroski.

Lo que me llegó fue una refrescante representación de la colección de verano que acaban de lanzar, llamada La playa y anunciada con un precioso visual donde sobresalen los tonos azules, mis favoritos, y que promete productos de nombres tan apetecibles como Bloody Mary o Red Margarita.

Apelando a esas largas tardes de verano con cóctel bajo la sombrilla del chiringuito o, ahora, Beach club, vamos. ¿Quién no sueña con ellas?

En concreto lo que me ha llegado a mí son dos lacas de uñas llamadas Bloody Mary y Rose Spritzer, es decir, un rojo muy bonito que he dejado en Maestu para pleno verano y un rosa dulce, cremoso y candoroso que me ha enamorado.

No digo que sustituya a mis manicuras mensuales en Mishea peluqueros, porque yo soy muy mala para pintarme las uñas, y más con tonos sólidos, pero es la primera vez que un esmalte de toda la vida ha desbancado en mi corazón a mis colores semipermanentes favoritos...

Pero llegamos a la joya de este envío: lo que yo inocentemente concebí como brillo labial y es mucho más: se trata de los aceites labiales que ha lanzado Belle y que no sólo tienen una fórmula ultra hidratante y un tacto mágico, que parece flotar sobre el labio pero en realidad se adhiere a él con una duración bastante digna... sino unos colores de infarto.

En una nota de prensa sobre el ansiado y buscado maquillaje melocotón de la temporada he visto que tienen este precioso tono llamado Mai Tai que, por supuesto, buscaré..., Pero por ahora ando subyugada con estos dos tonos que me llegaron:

Red Tequila y Best Frosé: un rojo entre sandía y coral encendido, un tono  refrescante, acuático, radiante, repleto de alegría...

... y el gloss rosa más tierno y bonito que he tenido nunca, de veras lo digo:

Quizás, si hay que ponerle alguna pega, sería el aplicador: acostumbrada, mal acostumbrada tal vez, a los aplicadores enormes, intuitivos, en forma de gota, de firmas de lujo como Clarins o Fenty Beauty, este de los aceites labiales de Bell se me semeja muy pequeño, aunque es preciso y terminado un punta para perfilar, lo cual sea agradece...

En estos días en Maestu no he vestido mi boca con nada que no sean estos dos aceites labiales: hidratan y dan el toque justo de color para ir a cara lavada o con los ojos bien marcados. 

Una buena capa de protección solar con o sin color, algo de colorete en crema o en polvo, mis gafas de sol turquesa y el Red tequila... ¡y a ser naturalmente feliz!