Days In Bloom, la nueva colección de primavera de Kiko
No me gusta fomentar el ansia viva en este espacio..., pero no sé cómo decir que esta colección vuela, está pasando, y he decidido publicar un post extra para contarlo, para reseñar mis primeras impresiones, hacer un top 3 y un look improvisado.
Sinceramente creo que siempre se presta mucha atención a las ediciones limitadas de verano y Navidad de esta firma, pero es en las de primavera donde los creativos vuelcan su creatividad, valga la redundancia, y su magia barroca en los envases.
El visual, lo que antes se llamaba vitrina aunque no hubiera cristales, de esta colección es maravilla pura, o debe ser que a mí el color turquesa pastel me tiene ganada. Pero creo que al valorar cajas y packaging no soy subjetiva, y que son preciosos per se.
Aquí tenéis un primer plano de las paletas, cuadradas y en plata mate, ácida, y con una cubierta de plástico resinoso, brillante, que imita a los esmaltes y tiene un estampado primaveral, de flores sobre fondos vivos o pastel.
Las barras de labios, otras que tal lucen. Me fascina ese minimalismo en plata mate y de repente boom, o Bloom: esas flores primaverales estampadas tannnn bonitas que parecen haber florecido en el envase.
Como ya he demostrado estar enamorada de la colección, vamos a los productos que, aun gustándome mucho, no me compraré:
Lo habéis adivinado: ¡las paletas de ojos...! Y es que estoy morigerándome un poquito en este tema, porque en algún momento caeré con la paleta Bohéme de Saigu.
Sin embargo, sé que para muchas son las paletitas la estrella indiscutible de la colección, así que voy a reseñarlas.
Por unos veintidós euros la unidad, son por así decirlo el primer clon o dupe que encontramos en la colección: formalmente, estas paletas cuadradas de nueve sombras cuadraditas recuerdan mucho a a Huda beauty, y la más colorida me recuerda muchísimo a la que vi en Sephora en Navidad edición especial de Charlotte.
Es esta opción inundada de color pastel la que más va a triunfar, lo veo, y por eso he hecho swatches de los tonos brillantes de la paleta. Lo que más me gusta por supuesto es ese turquesa lleno de glitter minúsculo, pero creo que el lila claro es muy interesante y los dos tonos de lima para las amantes de los verdes, también.
Pero si tuviera que elegir alguna de las dos yo me tiraría a la más clásica, ¡qué sorpresa!, porque tiene un topo mate oscuro casi negro muy sedoso y pigmentado, y luego una sinfonía de toppers brillantes, cobre, dorado, vainilla o rosa caramelo, de escalofrío.
Con total sinceridad, mi conclusión: las sombras de estas paletas son muy cremosas pero se desmoronan y tienen bastante caída, y no son baratas.
Bueno, nada en la colección es barato, porque el que para mí es el tesorito principal cuesta sus buenos treinta euros... Lo único que debo decir es que la calidad va acorde con el precio.
He tocado y probado de mil formas la paleta de rostro antes de decidirme por ella: veintinueve euros por dos coloretes, un bronceador y un iluminador no es ninguna locura, pero si lo acaba siendo cuando nos damos cuenta de que por algo similar en Nars pagaríamos solamente diez euros más.
¿Por qué me la voy a llevar a casa, además del puro coleccionismo y amor a la belleza material de esta polvera?
Pues es difícil que los cuatro al completo de una paleta te convenzan: tengo una face palette de Nars que voy a dar en adopción porque al final solo utilizo uno de los cuatro colores..., ¡pero de ésta me gustan todos!