Reflexiones en la bañera: manicura de San Valentín. Shakira vs Tamara... ¿vs Patricia?

Es viernes y el cuerpo lo sabe..., y se ha despertado antes de la hora acostumbrada. Hacerme esto a mí, ¡que odio madrugar...! Así que decidí desayunar en la bañera:

Y como tenía previsto hablaros de los precios locos en Sephora, pero sólo me he comprado una máscara de Givenchy que no acaba de gustarme, aquí van unas reflexiones pre San Valentín... algo ácidas, hoy quiero confesar.

He llenado la bañera de burbujas de Moussel, más clásico imposible, pero sí os quiero recomendar, antes de meterme en honduras, esta rutina que sigo probando y me está fascinando: la línea capilar Blondie de Somnis & Hair que encontré en Paco Perfumerías. 

Primero probé el champú violeta, que es muy violeta y mucho violeta..., y del que pensé que tenía ya un post en este espacio, pero no lo encuentro. 

No importa, ahora he añadido el aceite capilar a mí rutina y estoy tan subyugada que les dedicaré a ambos reseña en este blog.

Así que voy adentrarme a reflexionar sobre San Valentín, sin ser yo nada de eso... ¡Como si supiera yo algo sobre el amor de pareja! Ya os digo que nada.

1. No he tenido pareja nunca y siempre he estado enamorada... Menuda contradicción, ¿o no? El amor es y ha sido siempre mi principal fuente de inspiración poética...

Y ahora que justamente estoy más descreída del amor, me dedico a plantarme corazoncitos en las uñas:

Fui a Mishea Peluqueros con la idea de hacerme la manicura en gel con el preciosísimo esmalte Aurora de Shellac, un rosa niña buena que deja unas uñas muy limpias y muy bonitas...

Pero como mi otro favorito de la firma es el tono Wildfire, un rojo de infarto, le dije a Marta: ¡póngame unos corazoncitos! Yo, siguiendo modas virales en cuestión de nail art... y por San Valentín.

2. Lo que me lleva al siguiente pensamiento: nunca digas nunca, tampoco en el amor. 

Ya veis que estoy dedicando mis ratos libres a leer el Harper's Bazaar, que compré exclusivamente por la entrevista a Tamara Falcó. Porque me encanta.

3. Ya me han dicho mil veces que es tonta, no os canséis. Que yo crea que de tonta no tiene un pelo y que aquí la sororidad parezca ir en una única dirección, es otra historia. 

Y lo que no es sororidad ni lo pretende ser, ya podéis imaginar... Incluso Federico Jiménez Losantos se permite el lujo de criticarla, vamos, ¡hasta los gatos gastan zapatos!

4. Pero a lo que voy es a esto: nunca sabremos lo que hay entre dos personas que se quieren o se han querido, y una mujer tiene derecho a ser Shakira, a ser Tamara, e incluso a ser Patricia, si es verdad que está recibiendo de nuevo a Mario Vargas Llosa. 

Ojo, que no estoy blanqueando la infidelidad, sino reivindicando el derecho a perdonar, si una lo cree oportuno: es algo tan digno como estallar...

¡Que para unas cosas somos muyyyyyy liberales, y para otras nos apresuramos a juzgar sobre la dignidad de las señoras!

5. Y luego estamos "las personas que nos enamoramos solas", como dijo sabiamente Kate Winslet en The Holiday. 

Y el apasionante amor de amistad, y la relación mágica y profunda con la madre y el padre. 

Y todo esto puede ser convertido en maravillosa poesía, ¡o en una picante trepidante novela, como la de El escribidor y la tía Julia!