Philosofeando bajo la higuera... y más: equivalencias en La Señora Borde R Line

¿Qué tendrá la sombra de una higuera, que nos evoca tanto? ¿Resonancias bíblicas, de los eternos veranos de nuestra niñez, de una canción de Serrat...? 
La respuesta, aquí, y bien barata. 

Gracias a Mareas descubrí una página desenfadada, fresca pero infinitamente profesional: La Señora Borde R Line y sus inspiraciones en perfumes y colonias, gamberras y muy conseguidas.

La genial dueña de esta perfumería física y virtual me ha solucionado una saudade: llevaba yo años con la espinita de no haber conseguido en Roma el mítico y clasiquísimo perfume Philosykos de Dyptique.

Esta foto es de Roma de hace ¡cinco años!

Una fragancia de higos sabia y chispeante que tuve a mi alcance en Rome Store Profumi, en el Trastévere, al igual que Teint de Neige de Lorenzo Villoressi con su deje limpio a tocador de dama antigua..., y al final opté por Gaggia de Santa maria Novella que es un perfume mucho más difícil: como dice mi madre, huele no tanto a mimosa como a ¡ceniza!

Y es todo depende de cómo va acompañado el acorde en sí, de la historia olfativa del perfume en sí... y en Philosykos todo era acierto. El higo fresco y jugoso, en vez de verde, el nombre que me recuerda a la profesión y sabiduría de mi padre...

De nombres evocadores sabe mucho La Señora Borde R Line: en diferentes formatos que van desde el vial de tres mililitros de muestra al señor frasco de perfume, despliega su arte en inspiraciones muy fieles al original pero con su punto de frescura.

En esta primera toma de contacto pedí el perfume que me había enganchado leyendo una reseña: Philosofeando bajo la higuera... ¡siestaca! Higo y hoja de higuera en la salida, coco y notas verdes en el corazón y cedro y maderas en el fondo eran demasiada tentación... Incluso fui atrevida y encargué treinta mililitros, a seis con sesenta y nueve euros.

Ahora sé que podría haber arriesgado más y pedir los cincuenta mililitros: llegó en dos días, oliendo a delicia, delicia, asi voacé me mata... 

Y perfectamente empacado y rodeado de regalos, entre los que encontré otra maravilla: 

La lima del Basil se come la mandarina, una equivalencia de lo más lograda a Lime, Basil & Mandarine de Jo Malone (y yo diría, al que fue durante años mi perfume de verano favorito: Mandarin & Basilic de Guerlain). 

Al aplicarlo en piel temí que fuera de los que se desvanecen en un suspiro..., pero tras horas de uso me abrazó mi madre y escuché de sus labios el jubiloso "¡qué bien hueles!", la prueba de fuego. Había impregnado adorablemente toda mi ropa.

Philosofeando bajo la higuera... siestaca (maravilloso fin de nombre), permanece en la ropa con la misma fidelidad, y en piel es también muy duradero. 

Recrea excursiones  infantiles y siestas adolescentes junto al río,  ¡y lecturas del Cantar de los Cantares...!