Por menos de tres euros: sombras de ojos de Constance Carroll

3/31/2021

Sombras de ojos de Constance Carroll: ¿amor o infierno? ¿La sensación del momento, una cumbre del fulgor en los párpados, o el horror supremo de la purpurina rota? He aquí la cuestión...




La polémica está servida en las redes: Laura de Bylaumk las ama y las enseña en su flamante Instagram, Ratolina se duele de que Maquillalia no vende al Reino Unido por culpa del Brexit, y Mareas del blog Con los pies en la orilla me avisa de que son un bluff gigante. Esto tenían que verlo mis ojos.




Creo que ya he dosificado suficientemente bien el suspense, os ahorro el hype: estas sombras se rompen nada más tocarlas, y si no aplicas una buena base en los párpados, pierden más purpurina que un pequeño Pony.

Pero, aún así, de los tres tonos que he pedido, volvería a comprar dos de ellas con los ojos cerrados. Porque cuestan menos de tres euros y porque son ¡preciosas!




Sobre todo el tono número seis, el protagonista y verdadero príncipe azul del pedido. Una sombra iridiscente, misteriosa, profunda y absolutamente moderna, color dénim, blue jean con reflejos plata como de luna de cuento popular.




Por más que diga no podré ponderar su belleza: pero en esta reseña he contado con la ayuda especial de Sergio Parrilla, uno de los dueños de La Tahona, que en cuando vio la tonalidad me "ofreció su mano" para experimentar texturas y acabados.






Aquí podéis verlo en ms ojos, delineándolos e invadiéndolos de magia... y de purpurina mis mejillas, porque no había aplicado prebase. Por cierto ésta es la sombra que más ha tardado en desmoronarse, pero lo ha hecho al final y ahora la tengo convertida en polvo suelto. La tercera sombra que pedí, un precioso verde Irlanda, se rompió nada más rozar la superficie.




Que no estoy diciendo con esto que no valgan la pena: son tres euros y son pigmentos con tropezones de purpurina, son lo que son. Tampoco entiendo yo este  exhaustivo tercer grado a un producto low cost cuando luego compramos pigmentos de lujo y son incómodos de aplicar y nos parece algo lógico.




En el segundo retrato que os ofrezco se ve claramente que puse en el lagrimal un color dorado, entre naranja y rosa: una sombra duocroma absolutamente delirante: el tono 29. Me recuerda a ciertas chucherías iridiscentes de mi niñez, es por un lado translucida y por el otro oro rosa, mitad ámbar...




Aquí la tenéis en la mano de mi muso, resaltando sus venas como bien dijo él. Y a su derecha, la sombra número cuatro, verde Irlanda, la sorpresa de este pedido: no tornasola tanto pero va de la claridad al verde hierba intenso, y dura en los párpados horas:




Lo veis en esta extraña y a la vez bucólica foto, donde mi mascarilla combina (y rima) con la buganvilla de mi calle. ¿Mi veredicto final? Se trata de sombras difíciles y bellísimas, como una buena historia de amor.

9 comentarios:

  1. En general coincido bastante con tu opinión.
    Sin prebase son un desastre, y además marcan pliegues. Con prebase no van mal. Son preciosas pero también son la fiesta de la purpurina, pero como esto lo sabía, lo tolero. Pero sí, son fáciles de romper (también de prensar en su recipiente, como bien dices son pigmentos prensados). Lo que más me descolocó es la poca cantidad que traen, sin querer toqué una con la uña y ahí estaba el fondo. Así que caras no son, pero tampoco tan económicas como dicen.
    En resumen, para mí no están mal, son bonitas, pero tampoco esa maravilla e increíble descubrimiento como dicen algunas personas.
    Un abrazo.
    D.

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    1. De hecho, si metes la uña tocas pan, ja, ja, ja. Pero se compensa porque con muy poquita cantidad tienes para ambos párpados.
      Gracias siempre por leer y comentar.

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    2. Sí eso te decía, que al meter la uña ya lo toqué. Es como una capita de muy fina de prodcucto y ya. Me recuerda, efectivamente, a los típicos pigmentos (sueltos) que abres el bote y sólo viene un fondito. Pero en este caso, al ser prensados, disimula más.
      Sí es posible que sea suficiente para que no dure un suspiro, pero estoy convencida de que si comparamos la cantidad con otras sombras (no de alta gama, claro), veríamos que no son tan económicas como dicen.
      Por si acaso, vuelvo a reiterar: no me han desagradado ni me parecen horribles, pero tampoco el gran descubrimiento del año. Bien sin más.
      D.

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  2. Son lo que son, y como tal hay que tratarlas: son pigmentos prensados con glitter, y tanto los pigmentos como el glitter necesitan su prebase y su forma de aplicación particular. Nopodemos tratarlo como si fuera una sombra normal y pretender que funcione y que nos dé el extra que tiene por ser tane specialito. Los pigmentos tienen su punto de incomodidad. La ventaja de que vengan prensados es que simplemente no salen volando alabrir el tarro,pero son lo que son.
    El verde em encanta, por cierto.

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    1. Precisamente al escribir “son lo que son” pensaba en ti, que te gusta hacer justicia a este tipo de sombras y te ocurre lo mismo que a mí: nos da rabia cuando se le pide otra cosa de lo que puede prometer y prometer su propia esencia.

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  3. Con un pegamento de purpurina (creo que Too Faced tenía uno) se arregla el asunto pero saldría más caro el cascabel que el galgo...
    A mí este tipo de cosméticos me horrorizan, la verdad.

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    1. No hace falta Glitter glue específico, con una buena pruebas, la mía es la de Nars, hace un buen apaño. Creo que no es galgo sino gato, pero me ha hecho mucha gracia el refrán.

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  4. A mí me parece que es una moda y que se olvidarán pronto, tanta purpurina y pigmento suelto no me dicen nada, pero esa sombra azul denim sí que es bonita.
    M.

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    1. Coincido: me parecen bastante difíciles de usar y aún así la azul la seguiré usando por lo preciosa que es.

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