Bésame mucho: Air Matte de Nars, el mejor labial ¿líquido? Mate que he probado

Mi nuevo amor en el ameno terreno de los labiales es realmente dulce. 

Y no es que su color desprenda almíbar, ya que se trata de un coral poderoso: es su textura micro aireada, como de mousse de chocolate, la que lo convierte en pura delicia.

Sí, hablo de los nuevos Air matte de Nars. 

Si no fuera porque deseo mostrar un look con él, estaría tentada a no hablaros para nada de su tonalidad, (Knockout), pues la elegí para probar esta novedad y celebrar el final de un proyecto laboral bastante esforzado, pero ahora sé que no será el único labial de la colección en mi tocador.

Ésta era la última oportunidad que me decidí a dar a los labiales líquidos mates, antaño odiados por mí, y de los que he intentado en vano ser amiga en pro de la mascarilla...

Sin éxito. En general, los que he utilizado hasta ahora, fueran de Sephora o Maybelline, eran un mascarilla- cero, boca de payaso-uno, además de la sequedad y la sensación incómoda que me provocaban. Acabé usando bálsamo de color, y todos contentos.

“Hasta que te encontré.”

Creo que la magia de este labial mate radica, además de en el hecho de estar bendecido por el sello Nars, en esa textura que no es líquida sino cremosa, casi esponjosa. Pero una vez toca el labio, la cremosidad se volatiliza, realmente "es como si no llevaras nada": puedes gesticular y tu labio no se te rompe ni se disfraza de desierto.

Vamos a la parte empírica del post: así luce Knockout de Nars tras media horita de aplicación en mis labios: mate pero fresco, flexible, y con un color rojo coral que te da la vida. 

Muchas pensarán que de rojo tiene poco, pero en mi boca sube y sube la tonalidad y esto, señoras, para mí es rojo, pero un rojo cómodo y juguetón.  "Manzana de caramelo", en nomenclatura de Miss Potingues: al final también va a ser dulce el color...

Tras quitarme la mascarilla para compartir en el parque con mi mejor amiga un vermut de viernes y una comida de San José, la boca lucía así: por evitar el autobús había caminado a buen ritmo durante más de media hora con la mascarilla puesta y aún así, el color resistía en su sitio. Ácido, irreverente, lleno de vitaminas.

¡Una llamarada casi roja en mis labios!