Reyes Magos 2021: siguiendo la tradición... ¡otro post de makimarujeo!

Pues llegaron y pasaron los Reyes Magos de 2021.

Mentiría si negara haber añorado la cabalgata, la ilusión de mis sobrinos y la gran fiesta que montamos los treinta y tres que somos de familia... Reyes es un fiestón en casa de mi abuela y lo he anhelado con todas las fibras de mi ser. ¿Soy irresponsable e incívica por eso?

Quiero creer que no, porque me he atenido a lo que las autoridades sanitarias y el sentido común dicta, y nuestros Reyes este año han sido en pequeña familia (mis padres y yo) y todo lo más un vermú en una terraza con mi tía Teresa y mis dos primos, ateridos de frío los cinco. 

Por cierto ella pidió a Baltasar para mí un neceser de Bimba y Lola, cómo me conoce. Presente que no aparece en este post pero que protagonizará la reseña de "Mi neceser de invierno 2021", que está al caer.

Empiezo con lo que me regalaron mis amigas en esos pocos encuentros de terraza que ha habido: 

Rocío y Loreto pidieron a Gaspar para mí esos calcetines tan molones, de una tienda del Porvenir sevillano. 

Y de una cadena de las de rancio abolengo, Azulejos Peña, me ha regalado mi querida amiga Inma este conjunto de sales, espuma y aceite de baño con olor a coco que protagonizarán mis segundas Reflexiones en la bañera del año...

Vamos con el grueso de los Reyes 2021: lo que mi buen padre pidió a Melchor.

En primer lugar este sublime azulejo sevillano, artesanía y arte que representa el Santísimo Sacramento. Incluso aunque mis lectores no sean practicantes, ni siquiera creyentes (sabéis ya que yo soy ambas cosas), se sentirán impresionados por su gran belleza...

Y, como aquí ganamos las indulgencias para luego gastarlas (es broma, una broma familiar), en la feria de artesanía sevillana me compró mi padre este impresionante medallón bereber. Me fascinan los medallones y la plata labrada, lo he estrenado nada más abrirlo, como los calcetines...

Y como el pijama de Oysho que ha encargado a Sus Majestades mi madre, pragmática siempre. Me gusta que es de algodón calentito, que tiene puños en mangas de manos y pies y que brilla un poco... 

No me gusta tanto el color, entre verde hoja y gris (prefiero tonos oscuros), y no me gusta nada que del pantalón quedaba una talla ¡S! Que creíamos que era M pero he mirado y es S. Milagro del algodón y la goma elástica es que me quepa. La parte de arriba es L.

Mi madre me ha copiado la idea, porque yo he hecho un albumcito de fotos para mi padre que en 2020 cumplió setenta años solo y aislado el once de marzo (marzo, os suena...), y no pude regalárselo como a mi madre en sus sesenta y cinco. En resumen, mi padre ha recibido un álbum hecho en una copistería, imprimiendo fotos y encuadernando...

Y mi madre encargó lo mismo para mí, esta vez un álbum temático, focalizado en mis amigas y las presentaciones de mis libros (la sombra de Paco Umbral planea...)

Mi foto favorita es ésta de cuando fui al teatro con Cris. Pero hay varias con Merl, mi mejor amiga, y hay imágenes de mi último recital en Pontevedra, antes del caos, de Alquézar, Madrid, Pamplona e incluso reseñas en periódicos hechas fotografía. Todo un trabajo y un gran amor.

Y por último, dos regalos que me he comprado yo misma pero con un dinero que me mandó mi padrino, siempre atento.

En primer lugar, la compra útil, necesaria: una agenda para este año que estamos estrenando. 

Mr Wonderful ha lanzado este diseño más sobrio, en negro y dorado, tipo carpeta con anillas para guardar cosas y con el interior tan molón y optimista (aka empalagoso para algunas) como siempre.

Y acto seguido el homenaje, lo superfluo pero que me moría de ganas por tener: sabía que si no era en Navidad no iba a permitírmelo nunca. Me he estrenado en Charlotte Tillbury con los polvos de sol Airbrush Bronze en el tono más pálido, y para mayor escándalo... lo he hecho sólo porque deseaba ardientemente esta polvera. 

Pero un capricho así merece reseña aparte, ¿no creéis? To be continued, ¡siempre to be continued!