Airbrush Bronzer de Charlotte Tilbury en el tono Pale: review

Decir Charlotte Tilbury es evocar lujo: polveras doradas, envases que pesan y dan sensación de confort y calidad... y precios desorbitados. Más es más, ya lo decía Fangoria.
Por eso me remiten a navidades, a tentación en un Black Friday o en cualquier fiesta de Sephora que implique descuentos.

Tras este prólogo debo confesar que yo aún no me había estrenado en la firma, pero en el infausto 2020 un sinfín de youtubers se pusieron de acuerdo en decir que los Airbrush Bronzer "son los mejores polvos de sol" del universo. 

Yo no pensaba caer en su hechizo porque ya en verano me hice con una edición especial de los Laguna de Nars, que sí es el bronceador más sublime que yo haya probado.

Sin embargo en estas navidades supe que languidecería lentamente sin esta polvera de gran tamaño y glamour de película de los años cuarenta en mi tocador: hacía tiempo que no me dejaba llevar por semejante rapto de amor cosmético. 

Están a punto de lanzar un iluminador llamado Hollywood Star en el mismo formato y era eso lo que yo quería en realidad, pero no ha llegado aún a las tiendas.

Cuando mi madre me regaló dinerito en un calcetín en el día de Navidad me dije: "tate". Cae la polvera de Charlotte aunque yo no necesite otro polvo de sol en m neceser. Porque es navidad. Porque nos gusta, y porque nos divierte. Porque los regalos son así: caprichosos, lujuriosos, inconscientes.

Y además pensé en comprarlos durante la tarde del 31 de diciembre, para poner broche de oro a un año tan durísimo.

Llegué a Sephora en tal día, y me dijeron con cara de infinita pena: no nos queda más que en el tono uno y en el cuatro. Uno es demasiado oscuro para ti, y el otro es muy pálido.

Se me encendió la bombila de las ideas geniales y me llevé sin dudar el número uno, que efectivamente se llama Pale. Lo guardé hasta la noche de Reyes y el seis de enero, tras abrir el resto de regalos, retiré el precinto de la caja para descubrir el color de la pastilla.

(Abro paréntesis para decir que por los ¡cincuenta euros! que piden esperaba una bolsita de terciopelo, pero no ha hubo y es la única pega que le pongo a un producto diez).

Aquí vemos lo que yo barrunté en los almacenes Sephora, al borde del 2021: el tono Pale de los Airbrush Bronzer de Charlotte Tilbury se puede usar por todo el rostro como polvo de acabado, incluso como maquillaje muy ligero: calienta medio, todo lo más un tono mi piel, el resultado es sublime y la compra un poco menos caprichosa:

Al tratarse de "polvos de sol" mates, pero sedosos y de acabado preciosísimo, cubren la piel con elegancia y delicadeza, sin saturarla. En la imagen los veis aplicados con la brocha Cant stop wont stop de Nyx que recomendó Ratolina, sobre un par de gotas de corrector y bajo un toque de colorete Captivating de Tarte.