Colección Essence X Pac-Man: nostalgia de los 90

Publico este post con prisa inesperada, ya que el viernes estaré viajando y os quiero hablar de la última colección de Essence, y ya sabemos que vuelan...

Ya no me apetece escribir algo tan efímero que en unos días, cuando no se puedan conseguir los productos que describo, pierda todo rastro de interés, pero la firma ha despertado mi nostalgia y me propuse hacer un homenaje a nuestra adolescencia.

El de las “maquinitas” era un universo mágico para mí, precisamente porque lo veía siempre desde fuera. Eran mis primos o mis amigas quienes que jugaban en los recreativos mientras yo, carente de toda lógica matemática, no comprendía esos juegos y me dedicaba a inventar biografías fantásticas a mis barbies. Jugar era inventar historias...
Pero los polos opuestos se atraen, y aunque yo no participase, la estética de juegos como el Tetris me fascinaba por inalcanzables y porque evocaban fiesta, largas tardes de sábado con mis amigas y los primeros estragos que hicieron en mí actores como Tom Cruise o Patrick Swayze.

Tras este prólogo, hace unos días vi en YouTube el vídeo en el que Laura reseñaba la última edición limitada de Essence, y oh sorpresa, allí estaban mi última niñez y mi adolescencia dándose la mano.
La colección Essence X Pac-Man se compone de: una brocha y una mascarilla que no poseo, y una paleta de ojos, un bálsamo labial y un iluminador que compré ayer.

La paleta cuesta 8,99 euros, precio algo elevado quizás para la marca, aunque yo desde que Kiko pide diecisiete euros por un bronceador me lo creo todo... Bajo un impactante envase que recrea la mítica pantalla, encontramos ocho sombras de ojos cien por cien otoñales.

En la fila inferior encontramos un mostaza mate muy colorido y tres castaños absolutamente sublimes, dos de brillo y uno mate y profundo que me recuerda a la sombra ahumada del dúo Cordura de Nars, solo que sin burbujas doradas bailando en su superficie.

La fila superior se abre con los inevitables tonos piel, pero más luminosos de lo que solemos encontrar, y dos cobrizos otoñales absolutamente arrebatadores, tono hoja en el parque del retiro de Madrid en noviembre...,  uno metalizado y otro sólido, sin brillo.

Además me llevé el iluminador Ready, color piel rosada y de textura cocida, y un bálsamo labial de efecto "pintalabios mágico", cuyo color pasa del verde a un rosa personalizado.
El iluminador es bastante claro, adecuado a pieles blancas como la mía, pero el otro que ofrecían me resultó demasiado dorado, rozando el amarillo. Al tomar el polvo con el dedo parecía un poco polvoriento, pero en la piel se transforma en halo cual Beyoncé, luz sobrenatural:

No es la mejor fotografía que he publicado aquí, lo sé: tengo un bad hair day galopante a pesar de que hace un día y medio me lavé el pelo pero..., ¿a que no imagináis que acababa de salir de la consulta del médico, diagnosticada de faringitis y con una receta para chutarme a Algidol?