Probando Rude Cosmetics: paleta Unicorn Fantasies & Colorete Ombré Juanita

Últimamente he visto varios vídeos que tenían a esta firma estadounidense como absoluta protagonista.
Primero mi admirada Lety de My Crazy Makeup, luego la popular Pórpora Porpita y al final mi última revelación en YouTube Belleza, Laura de ByLauMK, me animaron a acercarme a Druni y hacer un pequeño desembolso probando alguno de sus éxitos:

Decían que lo mejor de la marca, de reciente aterrizaje en España y de venta en Druni y en Primor, era toda su oferta en pigmento prensado: paletas de sombras de ojos, rubores, iluminadores... Yo no opté por lo primero porque en este otoño quiero estrenarme con Colourpop, así que para no acumular  me hice con dos productos a los que daría muchísimo uso.
Por un lado, una paleta de iluminadores llamada Unicorn fantasies, y por otro...

El colorete Amiga ombré Blush ¡en el tono Juanita! Un nombre muy divertido, muy de frontera, y un concepto que ya no es original (Nyx lo hizo hace tiempo), pero que sigue sonando fresco: tres tonalidades fundidas en un artístico degradado.
Obviamente Juanita es un radiante melocotón, ¿alguien dudaba del tono que iba a elegir? Sin embargo es un melocotón inédito en mi tocador porque la parte media se parece al ya terminado Peach de L´Oreal pero con un ligero brillo si lo mezclas con la zona más clara, y algo más rabioso si te vas a la franja intensa:

Este trío cuesta nueve euros con cincuenta y resulta muy versátil: la duración en la piel es media, no aguanta lo mismo que los rubores de Nars pero se mantiene con dignidad una media jornada en las mejillas.  El efecto que regala es cálido, luminoso si usas la parte clara pero aterciopelado aún, sin un átomo de glitter:

Purpurina fina que sí posee la paleta de iluminadores, al ser de fantasía y muy veraniegos, pero es algo que a mí no me molesta. Por quince euros tenemos una armonía de cinco tonos, unos más atrevidos que otros, pero todos usables aunque sea como sombras de ojos: a mí, dame párpados dorados y moveré el mundo...

El más extremo (tanto en posición como en nombre, "After sex glow"), es uno de esos blancos helados que las gurús utilizan en el lagrimal para abrir la mirada..., y queda divino, mientras a mí siempre me resulta un epic fail.
Pero he aplicado a conciencia una capa de corrector de Tarte, pues a zona interna de mis párpados es la única que se me oscurece, encima el iluminador y el resultado si no es impactante tampoco está nada mal:

En esta imagen no llevo en el rostro nada que no sean alguno de estos iluminadores, una sinfonía de dorados suaves y corales o rosados con un matiz piel y mucha luz bailando en su superficie: extendí un oro pálido (el segundo iluminador, Superfantastic) en arco de Cupido y tabique nasal, y un coral luminoso, suave, preciosos que se llama Wet Golden Dreams en pómulos:

Izquierda: Superfantastic, After Sex Glow
Derecha: Wet Golden Dreams, Pure Pleasure

Se vislumbra en los títulos que las fantasías del unicornio no tienen mucho que ver con los  cuentos de hadas de mi infancia sino con terrenos más eróticos...
Mis favoritos son el Wet Golden Dreams ya reseñado y el Pure Pleasure: puro placer algo perturbador provoca este iluminador rosado, un rosa piel cálido y centelleante que en verano puede inundar la mejilla sin rubor alguno y que en invierno podré utilizar como sombra de ojos.

Reconozco sin pudor que ando orgullosa de estas fotografías, no solo por lo bucólico del decorado sino porque por fin he conseguido retratar mis párpados en todo su esplendor (ejem), y así os muestro el iluminador Potty Of Gold, un oro amarillo pero cálido, con cierto matiz ámbar, que lógicamente en mis pómulos claros nada tiene que hacer.

En cambio, en el párpado móvil contenido por un toque de polvos de sol en la cuenca, abre la mirada sin cargarla, que en verano no me apetece nada perfilar ni ahumar los ojos.
En la nariz hemos subido un poco el tono iluminando con Wet Golden Dreams, y en las mejillas luce, rosado y cegador, el tono Pure Pleasure:

Queda fuera de toda duda que con esta paleta disfruto como una niña que cree en unicornios, pero es que su calidad me ha impresionado. El fulgor permanece, las partículas de brillo no se desparraman, y yo no recuerdo haber brillado tanto desde mis días romanos, en los que literalmente me bañaba en el Opal de Becca.
Pues a lo mejor estoy perpetrando una blasfemia cosmética, pero estos iluminadores de Rude Cosmetics nada le tiene que envidiar.