Mañana comienza agosto y estreno mi veraneo rural en las casas familiares de Maestu y Haro, pero este año he podido disfrutar antes, a modo de Bonus Track, de unas breves vacaciones pagadas en el Pirineo Aragonés junto a mi mejor amiga, gracias a un recital de poesía que impartí en las JUP (Jornadas Universitarias de los Pirineos) el pasado viernes 26 de julio.
Mis amables contratadores, de la Universidad de Navarra, nos pagaron con suntuosidad la gasolina. una noche de hotel en Barbastro y un inefable fin de semana en Alquézar (Huesca).
Alquézar es un pueblo encantado: medieval, todo paisajes, cuestas y piedras nobles y rústicas al mismo tiempo. Se pueden hacer travesías de senderismo y tiene una colegiata que hay que visitar:
Posee un mirador con escultura, la Sonrisa del viento, a la entrada; varios balcones naturales desde los que recité, al aire libre; sensacionales grutas, misteriosas callejuelas y la calle más épica del mundo: ¡la de los dragones!
Se puede dormir en los Apartamentos la Cocineta, al cuidado de un matrimonio dispuesto y encantador: ella lleva el restaurante del mismo nombre situado en la calle Nueva, y él te entrega las llaves de una de sus varias casas rurales en el pueblo, que no resultan caras, están bien equipadas y tienen vistas inmejorables. Además te recibe en la plaza con un enorme paraguas si llueve y una sonrisa corpulenta propia del mejor G.K.Chesterton.
Para comer, os recomiendo el ternasco en cualquiera de sus bares, cordero guisado a las brasas con cebolla caramelizada.
Aunque si desayunáis en L´Artica, una panadería artesana con terraza situada en la calle La Iglesia, no necesitaréis almorzar. Inolvidables (y algo caros) sus inmensos zumos de naranja, sus vistas y sus dulces típicos de Alquézar: la trenza, que se vende entera por trece euros y mi amiga compró para toda la estancia, y sus dobladillos, una masa de hojaldre doblada y rellena de cabello de ángel, camela y miel o chocolate...
Si prensáis que he engordado durante el fin de semana..., ¡os equivocáis! El lunes veintinueve tenía cita con la endocrina y fui pesarosa, me declaré culpable, me subí a la báscula... ¡y aún había adelgazado un kilo! Gracias a no cenar más que verdurita, y a los kilómetros peñas arriba que caminábamos a diario: se hace deporte casi sin querer en Alquézar.
Y, por último, un par de notas de belleza:
En estos días de caminatas, calor y sudor, he podido poner a prueba la CC Cream de It Cosmetics y me reafirmo en todo lo dicho respecto a su acabado y duración: en esta imagen con vistas, se puede ver mi rostro después de toda una mañana a la intemperie, numerosos kilómetros y cuestas después de aplicarla en mi rostro, luciendo en todo su esplendor.
Y, para lucir labios en el recital, me decanté por un precioso gloss metalizado en mi idolatrado color melocotón: el número uno de los Hot Metal de Deliplús, al que quiero dedicar en exclusiva una próxima entrega de la saga Bésame mucho de este humilde blog.
Que belleza da la felicidad!! El look del recital,muy Joan Báez vibes !! Me encanta!! Besoss y feliz verano!!
ResponderEliminarJajajajaja mi padre llama a ese blusón (de Zara de esta temporada) “el blusón de Mercedes Sosa”. Joan Báez me parece aún de más glamour. Gracias por tu comentario.
EliminarHuesca tiene rincones muy bonitos y gente maravillosa.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas disfrutado.
Besos!
Muy bonito el pueblo y vosotroas.
ResponderEliminarDisfruta de las vacaciones.
Besos
Qué fotos más bonitas
ResponderEliminarM.
Una escapada maravillosa. Esas son las que nos gusta hacer a nosotros en familia cuando hay un puente, son sitios con encanto. Me pilla lejos, pero tomo nota.
ResponderEliminarBesitos.
Un magnífico reportaje, ahora quiero conocerlo...
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