El pasado domingo de Pentecostés celebré mi Santo un año más, y en esta ocasión, al coincidir con un puente local en La Rioja, gocé de unas vacaciones y pude pasarlo en el Sur, con mis padres, mis viejos amigos, e incluso...
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Selfie a dúo con Gibraltar al fondo |
¡Pude acercarme a disfrutar de un día de playa en Algeciras junto a mi mejor amiga, la inefable Merl! Ése y no otro fue el mejor regalo que podía haber recibido, pero mis padres y mis amistades se empeñaron en llenarme también de detalles materiales, y como casi todos se engloban en la temática de este espacio (moda, belleza, ya tú sabe,
Street style), pues pensé, ¿por qué no una ronda de makimarujeo?
Mi padre me sorprendió con varios óleos que compró en París y enmarcó él mismo (es su gran afición), pero eso sí se sale de la temática y para mí se queda.
Mi madre, como en cada comienzo de temporada, quiso revitalizar y renovar mi armario... Pero este año con el acicate de haber adelgazado y de que todo lo que me presentaba me sentaba bien, la locura ha llegado a su cumbre.
Comenzamos por este vestido de algodón de El Barco, que me compró en verde y en otro modelo mil rayas en rosa palo. Menos mal que rondan los veinte euros cada uno...
Aquí hay testimonio gráfico de la diferencia en un año: izquierda, 11 de junio de 2018; derecha, 9 de junio de 2019. En la báscula son seis kilos (desde febrero, hasta entonces fui en caída libre), pero mi endocrina insiste en que son de grasa y que de volumen es mucho más. Y, por cierto, ya no cuento calorías...
Quizás por esta razón no me cerré en banda al abrir un tercer paquete y encontrar un vestido de Zara... ¡completamente blanco! Tonalidad vetada hasta ahora por el volumen que suele aportar, pero combinado con este fular turquesa (la tela tiene un estampado fino de rayas azules) y con un colgante extra largo en forma de caracola, hasta me hago la ilusión de haber abandonado la època de mesa camilla...
Pero no contenta mi señora madre, no señor, se paseó conmigo por el centro de Sevilla y no paró hasta comprarme unos zapatos Wonder, porque los que me regaló en mi cumpleaños han resultado fenomenales. Éstos en cambio fueron caros, como todo el calzado bueno: rondan los ochenta euros, pero es que con los pies no se juega. Eso sí, mañana mismo busco en la perfumería Acoris el auto bronceador de cupuazú de Ziaja, porque mis piernas no están aún de estreno...
Y pasamos a los regalitos de amistades. Mi amiga Cris, a la que es cierto que esta mañana sorprendí con un desayuno como de hotel en la terraza de mi casa, no vino con las manos vacías, no: me trajo esta gargantilla de caracolas de Parfois a juego con un pulsera muy similar. Yo no poseía en mi joyero ninguna pieza de bisutería con este motivo tan veraniego y tan de moda, y me ha cautivado.
Y por último mis amigos Rocío y Damián me sorprendieron, de verdad me sorprendieron, con esta paleta de iluminadores y polvos de sol de & Other Stories: en la imagen del vestido de Zara podéis ver su estreno en pómulos, punta de la nariz y sobre todo mejillas, pero me figuro que querréis una reseña en exclusiva, ¿o me equivoco?
Felicidades. Yo no celebro santos, en mi casa no se estila.
ResponderEliminarEl tema de los vestidos y prendas blancas tiene más de leyenda urbana que otra cosa. Depende del corte de la prenda, de cómo lo combines, etc, que quede mejor o peor. Una prenda mal elegida en negro puede hacer más daño que una blanca sin mala intención.
Disfruta de tus logros. Besos!
Ya he visto en Ig que ha sido una celebración completísimo.
ResponderEliminarUn besito.
Muchas felicidades, yo tampoco celebro santos, me encanta el vestido verde militar, y si la marca Wonders es una buena inversión, tengo unas sandalias en color coral monísimas que compré hace algunos años y aun están estupendas, aunque tuve suerte y me hice con ellas en rebajas y me salieron de precio fenomenal.
ResponderEliminarBesos
No celebro santo pero tampoco tengo. Mi nombre es guanche, y en aquellos tiempos, al ir a bautizar a los niños, el cura, en estos casos, solía decir "¡ese nombre no es católico!" y para salir del paso, los progenitores añadían el María u otro similar, según el sexo, pero luego no lo registraban el el registro civil. Cosas de la época.
ResponderEliminarSé que es muy común, pero fíjate que a mi nunca me ha preocupado el tema de las piernas. Siempre lo he vivido con naturalidad, pienso que todos estamos blancos antes de coger algo de color. También es cierto que soy friolera y para cuando las enseño ya suelo tener algo de colorcillo, pero vaya, jamás he usado autobronceador porque son cosas que ni suelo pensar. Es cierto que tú eres más blanquita.
Estás preciosa con el vestido blanco, por cierto.
Un beso.
Veo que ya no se celebran los santos, ¡en mi casa se celebra todo!
ResponderEliminarAdemás para mis padres mi nombre es algo especial, porque cuando nací tuve muchos problemas incluso como para morir y mi padre eligió el nombre de la virgen del Rocío para que me ayudara, como así lo hizo
Estás radiante!! Muy healthy y bellísima! Precioso el vestido de El Barco,y si ,reseña de & other stories,pleaseee ;*
ResponderEliminarYo sí celebro mi santo... más que mi cumpleaños. Me parece una costumbre muy bonita y me gusta felicitar a mis seres queridos el día de su onomástica. Tengo un nombre mariano de estos bien sonoros y castizos y ¡me encanta!
ResponderEliminarHe seguido con interés tu instagram estos días. Aquí somos muy de <3 Lord Scutum <3
Ains, yo también quiero un padre que me enmarque cuadros...
Claro que sí! Hay que celebrarlo todo..y si cae algún regalito....mucho mejor! Chulísimo el vestido blanco y te sienta muy bien! Saludos!
ResponderEliminar¡Se te ve feliz! Me gusta mucho el selfie con tu amiga en la foto del collar.
ResponderEliminarM.
¡Yo también celebro mi santo! Casi más que el cumpleaños porque no me gusta decir mi edad ja ja ja ja ja...
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