Paleta "a mi manera" inspirada en Gadirroja: Nars, Mac, L´Oreal & Wycon

No sé lo que tiene el Do it yourself que engancha: en esta primavera de 2019 son muchas y muy tentadoras las ofertas de paletas de maquillaje para rostro y párpados, pero aparte de que suponen un desembolso importante, siempre falta o sobra algo..., salvo en la Naked Reloaded de Urban Decay que está guiñándome los ojos de veras, pero ésa es otra cuestión.

Lo cierto es que de este vídeo de Gadirroja sobre paletas la que más me gustó fue la primera, titulada "la más simple" y que contenía cuatro sombras elegidas por esta gran mujer a su libre albedrío... Y despertó mi inspiración.
Porque en el cajón de mi tocador aguardaba, desde hace un año, esta paleta vacía que compré en Inglot y que no, no contiene ninguna sombra de Inglot, firma que veo ampliamente sobrevalorada (no me lapidéis, por favor: puedo arrepentirme en cualquier momento).

Pero como ocurre con otras casas que no me convencen, de repente en las ediciones limitadas crea fuegos artificiales y lanza algún producto que vale oro, y esta paleta "Eco Palette", ecológica, de madera de bambú y que vacía costaba diecisiete euros, me desarmó.
Y pensé, como cuando me regalan un cuaderno de cuento de hadas: es demasiado especial..., hay que rellenarla en una ocasión especial... Y el momento es ahora.

¿Por qué? Por varios motivos que se alinearon, como los planetas:
1) se me despegó el pan de uno de mis coloretes favoritos, Life´s a Peach de L´Oreal. Odiaba el envase así que di gracias, aunque ya podría haber ocurrido con Peach de la misma marca que me gusta aún más.

Así que dije, ¿por qué no crear una "Adaldrida on the run 2"? Una paleta con básicos de todo el rostro para diario, pero en un envoltorio que no se rompa como mi antigua Zpalette... Esas tapas de plástico transparente y yo nos llevamos muy mal.
Y sí, intenté depotar mi colorete Peach porque es es el que merece este puesto de honor..., pero no hubo suerte y los astros me habían servido en bandeja este melocotón algo menos intenso y de base más amarilla, pero más jugoso en cambio.

2.  Acababa de comprar en Nars la sombra individual Stud, en un ataque de "no necesito la paleta Skin deep eye y lo único que me enamora de ella es el tono topo con glitter y lo tengo en sombra única". Tuve mi momento de llamarme idiota, pues gasté veintidós euros en una sola sombra  cuando por cincuenta y cinco tenía no sé cuántas. Pero sé positivamente que no le iba a sacar partido, y ésta la utilizo todos los santos días.

Es la primera comenzando por la izquierda: admirad conmigo su textura de estrella, de galaxia sublime, y ese tono humo que fue hecho para mis párpados.
2. Encontré en el mismo cajón mi sombra favorita de mac, Satin taupe. Comprada hace un lustro e igual de deslumbrante: es la central.
3. Rescaté la sombra 72 de Wycon, de la paleta que me hice en Roma y que en el viaje de vuelta se estrelló, pero ¡oh Divina Providencia! conservó intacto mi tono más idolatrado. Es la de la derecha, un acero deslumbrante.

Quien me conoce sabe que con estas tres sombras podría vivir, que topo + humo + plata es mi triada de siempre y mi zona de confort... Aunque con todo lo que he aprendido sobre maquillaje, ahora sé que habría que añadir un vainilla mate (el que encontré, Beauty and the beige de Catrice, es demasiado brillante pero hasta que llegue algo mejor así se queda), y algo neutro y mate también para la cuenca del párpado.

Por lo pronto me he marcado este look de Domingo de Ramos con mi paleta "A mi manera"..., con el rubor, la sombra beige brillante y el dúo Stud de Nars más acero centelleante de Wycon. Y, en los labios, Organza de L´Oreal por hacer el juego a las mejillas.
To be continued...