Decoración (VI) Mi tocador, mi dormitorio, mi colección de maquillaje... de luxe
Ya está terminado mi rinconcito, el lugar más íntimo y personal de mi dormitorio, ése en el que he podido instalar (y ordenar) mi tocador.
Si me sigues desde hace tiempo (gracias) recordarás cómo estaba situado este tocador en mi antiguo piso, "el alquilado": me lo regalaron mis tías Arana y lo trajimos de Maestu, ya que es una pieza heredada, vintage. Hacía esquina en mi habitación junto a la ventana, como ahora, pero no tenía silla ni mesilla que le hicieran juego, como tengo ahora.
La silla es también retro, herencia de mi abuela, y la mesita de noche, algo más oscura, la acabamos de comprar mi madre y yo en Muebles Milán (Logroño).
El tocador no es precisamente minimalista porque en él guardo toda mi colección de lujo, lo que yo llamo "maquillaje de fin de semana", porque para diario tengo un cajón en mi cuarto de baño con lo más trotero.
Lo tengo dividido por zonas: primero los iluminadores, la caja de nars y los perfumes, a su derecha las paletas y el guarda brochas, al lado una cesta de mimbre con polvos y coloretes, y en el extremo un platito de cerámica con alguna joyita que otra, los iluminadores líquidos de Revolution y el baúl de los pintalabios.
Las últimas incorporaciones han sido mi iluminador en formato gelatina al "rincón de la luz", que hasta ahora guardaba el colorete Orgasm de Nars (para mí a caballo entre un colorete y un iluminador), el Hot Sand de Nars también en polvo, la paleta Solstice de Sleek y el Citrine de Jouer, y la paleta Orgsm Infatuation coronando mi cajita Narsisista, que aquí veis abierta:
¿Qué hay en esta lata dulce?
- Rubores: Luster que junto a Orgasm es mi favorito y que compré en el primer expositor que hubo de la firma, en Pozuelo y a Mónica que sería Make up artist; Gina que compré en París en 2008 y que fue mi primer producto de la marca, Liberté, Angelika, Adoration y Vengefull que me enviaron ellos de una colección.
- Labiales: Heatwave un rojo fuego que me regaló mi padre, Joyous red, un rojo ámbar descatalogado que le compré al gran Franc Delgado, y el gran Dolce vita, un tono labio tierno y acuoso, entre rojizo y castaño dulce y mi labial preferido del mundo mundial, pero lo tengo comido y terminadísimo...
- Y alguna sombra de ojos individual: la más especial, Etrusque, un dorado sublime que fue edición limitada, la Behaviour que también lo fue pero es un color más repetido y la Thunderball que es un gris cemento mate por la que suspiré durante años y que ahora no utilizo casi, vergüenza sobre mí y sobre mi vaca).
Tenía el dúo Cordura que era mi gran tesoro pero mi madre se enamoró de él y a una madre no se le puede negar algo así. También se quedó con el colorete Penny Lane: eso me duele más porque lo descatalogaron.
Este aparatejo en el que guardo pinceles, ¡tubos de gloss y los pocos lápices que tengo, tiene una historia divertidísima: es en realidad un guarda mandos de la tele que compró en Musgo una de mis tías para regalárselo a otra en Reyes, pero por equivocación cayó en mi lado y a ver mi cara de emoción abriendo el paquete al grito de "¡un guarda brochas para mi tocador", no quiso defraudarme.
Las paletas que tengo son la Chocolate bar de Too Faced y las de Urban Decay: también la Monarch de Kat Von D también pero como es de cartón y grande, me da miedo romperla y la guardo en un cajón del baño también.
Los perfumes, muy especiales también, son el Gaggia de Santa Maria Novella que compré en Roma, el Agua de Uva de Nueva Antiqua que ya no existe (no digo ya la colonia, sino la tienda), y huele a paraíso..., y una fragancia de higos de & Other Stories que no sé si me gusta o no.
En el platito hay bálsamos con color de Dior y los míticos convertibles de Stila, y en el baúl de los labiales, mis barras de Mac y de Guerlain.
Todo esto es mi tocador, mi reino... ¡el sitio de mi recreo!
La silla es también retro, herencia de mi abuela, y la mesita de noche, algo más oscura, la acabamos de comprar mi madre y yo en Muebles Milán (Logroño).
Lo tengo dividido por zonas: primero los iluminadores, la caja de nars y los perfumes, a su derecha las paletas y el guarda brochas, al lado una cesta de mimbre con polvos y coloretes, y en el extremo un platito de cerámica con alguna joyita que otra, los iluminadores líquidos de Revolution y el baúl de los pintalabios.
- Rubores: Luster que junto a Orgasm es mi favorito y que compré en el primer expositor que hubo de la firma, en Pozuelo y a Mónica que sería Make up artist; Gina que compré en París en 2008 y que fue mi primer producto de la marca, Liberté, Angelika, Adoration y Vengefull que me enviaron ellos de una colección.
- Labiales: Heatwave un rojo fuego que me regaló mi padre, Joyous red, un rojo ámbar descatalogado que le compré al gran Franc Delgado, y el gran Dolce vita, un tono labio tierno y acuoso, entre rojizo y castaño dulce y mi labial preferido del mundo mundial, pero lo tengo comido y terminadísimo...
Tenía el dúo Cordura que era mi gran tesoro pero mi madre se enamoró de él y a una madre no se le puede negar algo así. También se quedó con el colorete Penny Lane: eso me duele más porque lo descatalogaron.
Los perfumes, muy especiales también, son el Gaggia de Santa Maria Novella que compré en Roma, el Agua de Uva de Nueva Antiqua que ya no existe (no digo ya la colonia, sino la tienda), y huele a paraíso..., y una fragancia de higos de & Other Stories que no sé si me gusta o no.
En el platito hay bálsamos con color de Dior y los míticos convertibles de Stila, y en el baúl de los labiales, mis barras de Mac y de Guerlain.
Todo esto es mi tocador, mi reino... ¡el sitio de mi recreo!
¿Qué pasó con el maquillaje de Kat von D? ¿Otra moda fugaz del mundo make up? Tras el hype tampoco oígo mucho de Fendi. A ver si Huda tiene más suerte y como Jeffrey Star dura más en este reñido mundo. La próxima semana iré a comprar un labial de porpora porpita si no me pegó un leñazo con algún expositor (disculpad la expresión tosca pero en ese establecimiento los tropiezos son de los que hacen morados) o si alguna dependienta no me llama la atención por hacer swatches o si no me acusa de cleptomana por mirar los productos de Pink Duck (mientras en la retaguardia alguna avispada saca del mueble expositor de Dior algún producto caro sin caja y se lo mete en el bolso).
ResponderEliminarKat hizo algunas declaraciones poco afortunadas sobre vacunación aunque no creo que sea esa la razón por la que no se le ve mucho...
EliminarMe apetecen muchísimo los labiales de Pórpora..., Pero tampoco soy de entrar en primor por lo que tú comentas, y más desde la campaña de Rebe que yo apoyo. De todas formas haré una excepción con esto porque espero que merezcan la pena.
Tienes auténticas joyas en tu tocador.
ResponderEliminarBesos
Qué gusto ver un tocador tan bonito repleto de productos de calidad. Sin duda un rincón mágico. ¡Me encanta!Yo también muero de ganas por tener uno pero me queda muy poco espacio.La anécdota del guarda brochas es muy divertida. Que lo disfrutes. Un saludo.
ResponderEliminarEs muy bonito
ResponderEliminarM.
Que buen guato y que joyitas! Desde el tocador en si que es una cucada! El guardabrochas quemuestras no es mala idea...saludos!
ResponderEliminarPrecioso sitio con interesantes adquisiciones, me ha encantado ese giro final a lo Antonio Vega :)
ResponderEliminarUn besito.
Es que adoro esa canción, Gadi...
EliminarRespecto a mi colección de maquillaje, quería dejar claro que es el fruto de años, más de diez, de coleccionar uno a uno estos pequeños tesoros.
Buena colección de Nars, se ve que es de tus marcas favoritas.
ResponderEliminarMe alegro de volver a ver ese rinconcito, se echaba de menos. Besos!
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