Trío Color Blush de Bell: maravilla en una coqueta polvera

A pesar de mi reciente fracaso con un producto concreto de la marca, Bell es una de mis firmas asequibles favoritas, y hace poco decidí reincidir con ella en un pedido a Maquillalia: en realidad, fue una reseña de Miss Potingues quien me dio la idea, haciéndome la boca agua con los coloretes de la casa...

Un empujoncito que agradezco sobremanera. Pedí un puñado de coquetas polveras para mí y para regalar, porque marzo y abril son meses cargados de cumpleaños... Por cierto, hoy es el de mi querido papi, que no necesita maquillaje, él es bello al natural.
Me gustan mucho los rubores acolchados de la gama Secretale, pero ya los conocía y los he reseñado aquí. Compré uno porque me parecen el perfecto complemento de un regalo más serio, y pedí por curiosidad los polvos Multi bronzing:

De estos polvos múltiples, con su golosa disposición en cuatro onzas como de chocolate, pedí el más claro para mí y el número tres para mi madre. El que muestro en la foto es el número dos y, mezclados los cuatro tonos, queda como un iluminador con ligerísimo toque veraniego.
He decidido regalarlo también: creo que no lo voy a utilizar y lo veo un pelín polvoriento.

Llego por fin al núcleo duro del post y a los dos productos que son para mí. Los Trío Color de Bell fueron recomendados en varias ocasiones por Ratolina y creo que también por Leti de My Crezy Makeup como una de las mejores opciones baratas para teñir las mejillas..., y ahora ya conozco la razón. Son bonitos por fuera y por dentro: ¡deslumbran!

Por el módico precio de cuatro euros con noventa y nueve céntimos unidad, ofrecen tres bandas de color satinado (Dios bendiga a Bell), que, en el caso del colorete rosa es muy bonito para mezclar, pero si te emociona una de las partes y tu amor por esa tonalidad sobresale por encima de las otras dos, son suficientemente anchas como para utilizar por separado, amén de que tienen una separación natural que evita mezcolanzas guarras en la pastilla de color.

El anterior párrafo se debe a que, al abrir el número dos "Peach me up", este auténtico festival de colorete que veis aquí, mis ojos se clavaron en el puro centro, y ángeles cantaron en mis oídos música celestial... Porque es ése, ÉSE, el tono de colorete ansiado por mí, el melocotón satinado perfecto, ni naranja ni rosa ni amarillo: un perfecto y equilibrado melocotón.
Me evocó intensamente, hasta las lágrimas casi, el desaparecido Apricot Rose 157 de L´Oreal..., que durante años en mi era before Nars fue mi rubor preferido.

Peach me up, #nofilter como todos los retratos en el blog

Conclusión: que ni de broma lo mezclo yo con los iluminadores que hay a su izquierda (más invernal) y a su derecha (más veraniego). Si acaso los uso en otras zonas del rostro, y por menos de cinco euros tengo una paletita de rostro. En esta imagen veis la parte central aplicada en mejillas, y la lateral izquierda en el tabique nasal y punta de mi nariz.

El número uno "Pink a licious"  posee también tres franjas y un superpoder añadido: el de convertirse en dos coloretes diferentes, uno rosa cálido y otro frío. Si mezclas la banda central con la izquierda lograrás lo primero, y si la combinas con la derecha, lo segundo:

Este ejemplar resulta algo más mate y polvoriento que el anterior, que es pura seda en mi piel, pero si evitamos la franja izquierda, el problema desaparece. Yo extendí la combinación fría en mis pómulos, y temiendo que el colorete fuera algo tímido enfaticé con la zona más rosa, pero a la vista de la foto, no era necesario:

P.S. No he utilizado ningún filtro en los selfies: es mi compromiso no hacerlo nunca en este blog cuanto muestro looks, para enseñar colores reales. Lo que veis es mi piel más base de La Roche Posay, sin rastro de granitos en las mejillas... Sean loados por siempre el colágeno puro de Pierre René y el aloe vera puro de Atlantia actuando juntos, en un idilio muy, muy fecundo.