Rouge Signature de L´Oreal, el labial líquido perfecto

El del labial líquido mate no es mi género cosmético preferido, y lo sabéis..., pero cuando LÓreal lanzó su Rouge Signature supe que tenía que probarlo: ya había tenido una buena experiencia con la colección de chocolates, y la firma es de mi total confianza, tanto que en los últimos tiempos se ha convertido en mi marca de rango medio favorita.

Así que hace un par de semanitas, al borde de cuaresma, decidí dejarme caer por la perfumería Druni, que al menos aquí es la que tiene más completo el expositor de L´Oreal, y me sorprendieron con una oferta de tres por dos... El resultado fue que por el módico precio de veintisiete euros me encontré con tres ejemplares de esta fabulosa novedad.

Lo primero que me gustó fue su envase, de plástico ácido y con un elegante tapón simulando uno de esos bolígrafos caros y bonitos, con el logo grabado en la solapa oro mate. Mucho más manejables y ligeros que Les chocolats, y dando al mismo tiempo sensación de simplicidad y lujo.
El aplicador en forma de flecha es el segundo acierto: muy preciso y certero, puedes "perfilar" con él los labios, sobre todo en el caso de los tonos claros porque para los rouge o los vamp es mejor utilizar un auténtico delineador antes...

Pero la baza principal de estos labiales es su textura (o ausencia de ella) y la belleza de sus tonos. El que más me emociona es un "mauve" dulce del estilo de 13 de Sephora pero más luminoso. Incluso cuando seca mate desprende luz, una luz que nace de lo espléndido del color.
Su nombre, ("I Rule", yo mando),  comparte con el resto de la colección un sesgo feminista, pero con ello L´Oreal no se ha subido a ningún carro de moda, ya que siempre ha querido empoderar a la mujer desde sus comienzos con ese inspirador eslogan, "porque yo lo valgo"...

Leiv motiv de la marca que ha servido para bautizar este rojo alegre, clásico, de ligero matiz rosado. I am worth it recuerda un poco al Dragon girl de Nars pero es más vibrante y mucho más cómodo de aplicar. Tiñe el labio y transfiere (cara y cruz de la misma moneda) al contrario de lo que ocurre con los tonos más dulces, que no dejan ni rastro de huella en vasos de cristal, cigarrillos o piel que besar apasionadamente.

Por último el más claro y dulce de los tres, I savor (yo saboreo), nombre que también es sabio porque efectivamente se trata de un tono goloso, entre batido de fresa y pastel de la pantera rosa, pero sin llegar a Barbie: ¡conmigo dieron en la diana! A pesar de lo dicho, prefiero I rule porque creo que es el que más me favorece.
Este producto no deja el acabado más mate del mercado, pero pigmenta mucho y no pesa ni un átomo en el labio, no lo rompe ni cuartea, se amolda amorosamente a él..., por lo que en mi opinión ha abierto un camino diferente en el mundo labial líquido mate, convirtiéndose nada más nacer en un hito.