Ritual de primavera (I): Elixir de colágeno de Pierre René Medic

Ya está aquí la Primavera..., y con ella un nuevo ritual para nuestra piel. Al menos la mía lo necesitaba: durante el último tercio del pasado invierno, fue un auténtico volcán. Islas de granitos rojos en las mejillas, eternas rojeces, nuevas líneas de expresión y cansancio, mucho cansancio. Fuego interior que solo apaga el verdadero descanso, pero que yo he conseguido aliviar con un par de productos y un ritual de belleza poco menos que low cost.

Del ritual (japonés, por más señas), hablaré en su momento..., pero hoy quería detenerme en el primer producto que calmó mi tez, ése que compré en la estación de autobuses de Avenida de América en mi ya penúltimo viaje madrileño, un gotero (mágico) que estuvo muy de moda y dio mucho que hablar hace ya varias temporadas, cuando salió al mercado..., pero que yo acabo de descubrir: el elixir de colágeno de Pierre René Medic.

En uno de esos envases medicinales con dosificador que tanto se estilan ahora, tenemos quince mililitros de maravilla líquida al precio de quince euros, a euro el mililitro...Precio que mis lectoras creían excesivo para el sérum de ácido hialurónico de la misma firma, de formulación más simplona, pero que en este caso, dados los principios y los "finales" (o resultados) que ofrece, a mí se me antoja una ganga.

Efectivamente, el colágeno soluble es el segundo ingrediente de la lista(el primero, si excluimos el agua), y seguido por glicerina y urea, y algo de química, pero cero parafinas, siliconas o alcoholes. Una fórmula sin más adornos, pero con un ingrediente clave y eficaz: eso es lo que busca una piel reactiva.

Piterpack le dedicó un vídeo en 2015, cuando salió a la luz, y recuerdo que aconsejaba no utilizar este elixir antes de la crema sino después, ya que así no lo absorbe la piel como si fuera la última botella de agua mineral en el desierto.
Cuatro años después, yo lo ratifico: aplicado sobre mi gel de aloe vera con vitamina C de Atlantia en los momentos al rojo vivo, o sobre mi crema de cabecera en cualquier tiempo de paz, este bálsamo de Fierabrás ha ido difuminando tanto granitos, como rojeces, como alguna flacidez cansada y principio de arruga.