Base Nude Liquid Powder de Bell Hypoallergenic: post destroyer y empírico

Éste va a ser un post largo y doloroso..., pero necesario.
En serio, amo la firma de productos Bell. Sobre todo sus coloretes y polvos faciales: acabo de hacer un pedido a Maquillalia justo de éstos últimos, que llenará de alegría las siguientes reseñas que escriba en este blog...

Pero esta base es dinamita para las pieles reactivas o acneicas, y tenía que decirlo.

Dios me iluminó cuando, al dejarme tentar por ella (¡el relumbrón mediático del momento!), me puso ante los ojos el sérum de colágeno de Pierre René: quién me iba a decir que estaba comprando de una vez la enfermedad y el remedio...
Pero vayamos por partes.

Nude Liquid Powder es una base de maquillaje que pertenece a la gama Hipoalergénica de Bell, ésa que promete cuidar la piel minimizando ingredientes de riesgo... he intentado escribir la última frase poniéndome seria, y he fracasado. Lo intentaremos de nuevo.

Un producto con dispensador de gotero, a la moda, con un aspecto pulcro y estudiadamente medicinal y que aporta un acabado de piel desnuda pero aterciopelada: eso sí.

En cuando lo apliqué me sorprendió su extrema suavidad, una virtud que ya me había encarecido la vendedora,  que me recordó a las bases en formato mousse de mi adolescencia, estilo Cashmere perfect de L´Oreal, que dejaban un aspecto de cine a corto plazo y una piel hecha trizas al final, por lo que todo empezó a olerme nada más extender la base a...
¡¡¡Silicona!!!

Ya sé que puedo resultar pesada insistiendo en este asunto, pero las dueñas y señoras de una piel problemática me lo agradecerán. La dimeticona es una silicona no volátil, oclusiva, y que es considerada como agente acneico e irritante, y esta base posee mucha, mucha dimeticona.
Recuerdo haber comentado, a pocas horas de tenerla puesta: siento los granitos crecer en mi cutis, debajo del maquillaje. Pues no era broma.
Comienza la parte del post que se parece a una película de terror, aviso, con imágenes que pueden herir sensibilidades. Porque a dos horas de maquillarme, mi cara era ésta:

No Filter, luz artificial

Sí, esos tres pasajeros que señalo con una flecha no estaban en mi barco esa misma mañana. Desde mis tiempos mozos no tenía yo imperfecciones en esa zona de mi rostro. Veis un aspecto de terciopelo, un tono idéntico a mi tez (el número dos, de ligero matiz dorado pero pálido)..., y tres irrupciones que a la tarde se habían multiplicado:

No filter, luz natural

Años, ¡siglos! hacía que mi cara no era un mapa tan siniestro. Llegué a casa, me desmaquillé y me limpié la piel con exfoliante y con cepillo facial, y tal que así:

Esto no es cuestión de gustos, de tiquis miquis y de manías, sencillamente esta base no está hecha para pieles reactivas por mucho que se llame hipoalergénica.
Sin otra luz ni guía que un frasco de gel de aloe vera de la marca Atlantia, decidí embadurnarme y estrenar además el sérum Elixir de Pierre René, porque realmente posee pocos ingredientes en su fórmula y pensé que el colágeno es un principio activo afín a la piel. Esta mañana repetí la operación confiando en que ayudaría...

No filter, luz natural

Y lo hizo: ésta era mi cara hoy, bastante recuperada y sin rastro de maquillaje. Me apena haber tirado a la basura once euros que costó el catastrófico fondo fluido, pero mi yo científico que está empezando a surgir se alegra de haber podido redactar este post...