Los terminados de Adaldrida: El Aceite milagroso de La Chinata salvó mi melena

Hace dos semanas apuré la última gota centelleante de mi botella de cristal más preciada: el Aceite Milagroso de La Chinata que hidrataba mi cabello día a día y que salvó mi melena del desastre. Me siento desnuda.

Esta mezcla de aceites preciosos cien por cien natural, con base de aceite de oliva, llegó a mi vida hace un año exacto y pensé en utilizarlo como capricho puntual, para regalar y regalarme mimos: me parecía el perfecto aceite de masaje al contener absoluto de mimosa entre su bucólica y cuidada formulación.
También comencé a utilizarlo como contorno de ojos en los momentos de mayor sequedad. Al no proceder  de perfume sintético su delicioso olor, no me irritaba la zona. Con cualquiera de ambos usos el producto parecía durar siglos, pero entonces llegó a mi vida el desierto capilar:

En esta imagen todo parecía ir bien: chaqueta de pailletes de H&M, piel radiante, labios melocotón, incluso las cejas están pasables... Todo parecía perfecto ... ¿Todo? ¡No! ¡El irreductible pelo pollo resiste ahora y siempre al invasor ideal!
Bromas aparte, el cataclismo llegó tras mi desastrado paso por la peluquería Dania de Logroño, donde pedí unas mechas doradas y me hicieron un estropicio platino que luego no se fusionaba con el melocotón de L´Oreal y que además me dejó el cabello frágil, electrizado y seco como nunca. La sequía entró en mi vida de repente, por vez primera quise beberme las mascarillas capilares por litros...

Pero ya sabéis que detesto las siliconas, por muy desesperada que me encuentre. Los productos al uso que pueden venderse en grandes superficies no tienen cabida en mi casa, así que gasté un tarro entero de Crema americana de Lush que tenía en el baño, y de la que mi pelo se carcajeaba sin compasión, y de repente un día miré el frasco de cristal con gotero de La Chinata que tenía en el estante de rutina facial y pensé: "esto es aceite puro, sin trampa ni cartón, esto calmará la sed de mi melena". Y ¡bingo!: acerté.

Dicho producto hace que mi cabello reviva. Comencé a usarlo como mascarilla pre champú, pues normalmente mis raíces son grasas y los productos de acabado no me sentaban bien.
Ah, pero eso era antes de la debacle. Ahora, unas gotas de este aceite en medios y puntas aportan un esplendor sublime, como podéis ver en la imagen. También un ligero efecto húmedo, pero no graso.
El aceite milagroso de la Chinata es vida, el aceite milagroso de la Chinata es amor. O mejor dicho, era. Entono aquí mi réquiem por el frasco terminado, y me dispongo a reponerlo. Hay productos sin los que nos sentimos desnudas: I panic when it ends!