Lip Stories de Sephora... y Look Cosmic Metals Ice Breaker

Hay algo que una dama, una chica moderna, una hobbit pija..., siempre lleva en su bolso, sea éste enorme o minúsculo: las llaves de casa, unas monedas y el "pintalabios".

Acabo de resolver el problema de los eternos fondos en bolsos gigantes, o el de la pereza que da salir "a comprar pan" y tener que acarrear un shopping bag para transportar las llaves y unas monedas: esta pitillera de motivos florales y aire japonés que se puede comprar en Parfois. Se la compré a mi tía porque me cuida un montón, y como rondaba los cinco euros y me estaba haciendo delirar le dije a la dependienta: "ponga otra para mí."

No, no fumo, por fortuna o por sensatez nunca he fumado más allá de un par de caladas traviesas para acompañar a amigos del alma en trances de gran dolor o gran alegría, pero pensé, menudo escondite cómodo y coqueto para mis llaves en el bolso, es como un encuentra todo en el que además cabría un labial si no es muy grande... Y, por supuesto, en mi mente se estaban materializando los apetecibles y novedosos Lip Stories de Sephora.

De todas las novedades que han traído últimamente mis almacenes favoritos, ésta es la más atractiva: barras de labios por ocho euros con noventa céntimos, precio si no barato al menos razonable, envases adorablemente vintage y colores como para volver más loca aún a una loca de los potingues.
El envoltorio es de cartón como los antiguos labiales de Stila, pero un cartón recio y nada manchadizo, estampado con mimo según el momento del año y lugar que puede sugerir la tonalidad del interior. Para mayor deleite, existe una multitud de tonos agrupados en diferentes familias según acabado: mates, crema, perlados... y metálicos, mi favoritos.

Supongo que con el tiempo me llevaré algo más "para todos los días", pero así al pronto en mi primer contacto con esta colección el color que más me apetecía era el morado-oscuro-casi-azul llamado Ice breaker, rompe hielos...
Mi primo el del iPhone fue el primero en vérmelo y su reacción fue exclamar "¡halaaaa, es chulísimo!" Y mi tía Carmen, muy clásica, nada más descubrirlo en mis labios. "¡qué color tan precioso!" Casi cuarenta años y dos generaciones hay entre ellos: si dos personas tan dispares coinciden en algo, sé que no me equivoqué.

Y llega el momento de la verdad: el look. Ayer inventé todo un maquillaje rompedor en torno a este labial intenso, radiante, festivo. A lo mejor me he vuelto mu loca porque todo el color del rostro es cálido, párpado caramelo y el dúo de coloretes melocotón y bronce de Lola Make Up en las mejillas..., y llegas a la boca y encuentras un azul malva metálico.
En realidad me hubiera gustado subrayar a ras de pestañas inferiores con una sombra del mismo color, pero ¡no la tengo!

Así que he seguido utilizando mi paleta favorita del momento: Cosmic metals de Nyx. Apliqué el tono oro viejo por todo el párpado móvil con la brocha de difuminar de Wycon, la que compré en Roma. Con el mismo pincel intensifiqué la esquina externa con una sombra marrón dorada de la paleta Warm neutrals, también de Nyx. El resultado es una pátina entre miel y marrón glacé que me encanta. Delineé el párpado inferior con la sombra malva galáctica de la paleta, primero, y en la sombra burdeos al llegar a la esquina.

Para que la transición entre párpados cálidos y boca fría no se hiciese tan brusca, iluminé el lagrimal con la sombra color oro pálido con matiz oliva de la misma paleta. Maquillé las pestañas con una capa de máscara Paradise de L´Oreal y otra de máscara Waterproof de Aldi, mi combo preferido.
El maquillaje, que desde aquí dedico a Miss Potingues, aguantó horas y horas intacto: el labial tiñe el labio y a la vez resulta muy cómodo, y las sombras, además de poseer una calidad excelente, fueron aplicadas con los pinceles mojados en la nueva bruma facial de Acai Berry de Ziaja, que es un oasis para todos los sentidos.