Haul madrileño: compras en The Body Shop, Primor y Nyx

En las últimas semanas he viajado a Madrid en varias ocasiones y por diversos motivos: celebraciones, trabajo... y hospital. Todo ha salido bien, la evolución ha sido muy buena y, entre alegrías y penas, hice alguna visita a mis tiendas preferidas o no tanto..., incluso atravesando la blanca nieve.

Madrid, el cinco de febrero, foto mía sin filtro 

Comenzaré reseñando mis últimas compras.
Mientras estuve acompañando a mi padre en el hospital, andaba con cuerpo de poca fiesta, pero ayer, esperando el tren en Atocha y con buenas noticias en el horizonte, caí en el puesto que The Body Shop posee en esa estación.
Repuse dos de mis básicos de la marca, grandes amores que no me han fallado nunca, la crema hidratante de aloe vera y el desmaquillante bifásico de camomila. Me marchaba cuando descubrí el acondicionador de banana y recordé lo seco que tengo el cabello. Así que lo añadí a mis adquisiciones, y en la caja me dijeron que la segunda unidad de todo la gama de capilares salía con un 40% de descuento.
¡Poderosas palabras! Decidí probar el nuevo champú de fresa, que aporta brillo y carece también de siliconas. Por ahora sólo digo que el aroma es embriagador, a compota de fresas naturales y gominolas de fresita.

En primor, una semana antes, solamente había adquirido este novedoso y ya famoso rotulador para perfilar las cejas de  L’Oreal: pronto daré mi veredicto pero puedo adelantar que está siendo amor a primeros usos. #noregrets, diría la blogger Bliurblog.

Y llegamos a mi parte favorita del haul, breve pero sabrosa. Durante ese fin de semana de eventos familiares, visitas a museos y exposiciones de moda que a lo mejor reseñaré por aquí y lunes de trabajo en la sede madrileña de la Universidad internacional de La Rioja, saqué un huequito para visitar mi adorado local de Nyx en la calle Goya.
Iba directa a por los Lingerie Lid que me chiflan, eso sí, tienen truco. Debes aplicar una capa muy ligera y difuminar a modo de “primer”, y luego lo que pongas encima (la segunda capa) se convierte en Magia pura.


Pero no se te ocurra con las prisas extender una sola capa y menos gruesa, porque se emborronará y no durará más de tres segundos.  Me lleve el color topo que llevaba tiempo deseando, se llama brillo nocturno (night glow), y un color batido de fresa metalizado (Fantasy) que me arrebató para usarlo en el labio.

¿Reseca? Pues no más que un Lingerie original, yo diría que menos, y muchísimo menos que un Soft Matte Metal. En la fotografía lo veis sin barrera ni truco, sin trampa ni cartón, pero yo lo aplico sobre toneladas de cacao de Ls Chinata. Tiene un aplicador ergonómico que acaricia la forma natural de la boca, una duración espléndida incluso si debajo hay un mar de bálsamo labial, y un color sublime. Enamorada estoy.
 Y ahora llega la pregunta: ¿qué queréis que os reseñe en primer lugar?