Mis padres acaban de marcharse. Mi casa está sola y vacía, y los adornos de navidad han quedado obsoletos pero no tengo valor para guardarlos aún. Así que, para sacudirme la tremenda "saudade" que me ronda, vuelvo a este espacio que en vacaciones estuvo algo oxidado y os ofrezco el primer haul de 2018, el de mis espléndidos regalos de Reyes.
¿Resultaría cursi decir que el primer regalo que me han hecho mis reyes magos particulares son ellos mismos? Tengo una familia (im)perfecta, gritona y entrañable, una abuela única como una joya, tíos, primos y sobrinos, unos padres exigentes que a su vez lo dan todo... En definitiva: mucho caos alrededor... y toneladas de amor verdadero, como en La princesa prometida. No es algo tan corriente.
Embutida en el festivo vestido-barra-jersey color abeto de navidad brillante que me compré en los días previos a la Navidad en H&M, me dispuse a disfrutar de la noche y la mañana más ilusionantes del año, una tradición que mi familia vive a tope. Un ambiente de fiesta que podéis respirar en este
vlogmas (naif) que publiqué el año pasado.
Nos reunimos en casa de unos amigos que tienen balcón para ver la cabalgata, luego en casa de mi abuela organizamos un banquete opíparo para los Reyes, y luego... se desbordan los paquetes en el salón, pues todos nos regalamos a todos. Yo hice muchos regalos, es cierto, pero como siempre sucede he recibido el doble...
En primer lugar me trajeron algo de dinero pero no encerrado en un vulgar sobre, no: ¡me lo envolvieron en el papel de plata y la caja de una tableta de chocolate Lindt!
Indescriptible mi cara al entrar por la mañana y verla encima de todos mis regalos, cuando por la noche no había aparecido en ningún momento, y al tomarla en mis manos y notar que no pesaba nada pensar, extrañada, ¡está vacía! Pero pronto vi un sospechoso trozo de celofán cerrándola y me dije, ¡hay algo dentro! Y claro que lo había...
Lo que yo había pedido, como visteis en mi carta a los Reyes Magos publicada en este blog, eran distintas series para ver en mi home cinema mientras me entrego a fondo con mi elíptica por las noches, que me está funcionando de miedo... Y, en realidad, sus Majestades parecían haberse hecho los sordos hasta que desempaqué el último regalo y era ¡un disco duro externo! En el que una amiga mía puede meter bastantes series que tiene ella, así que al fin y al cabo, el sueño está cumplido aunque yo que soy algo torpe con las tecnologías prefiera el método tradicional.
Uno de los regalos que más ilusión me hizo fue este precioso bolso que para mí lo tiene todo: es de bandolera, con cremalleras, lo suficientemente amplio como para poder introducir mi neceser de maquillaje pero no tan desproporcionado que parezca que yo quepo dentro...
Y, que además, tiene un tacto a medias entre el terciopelo tan de moda y el peluche tan gustoso, y un precioso color entre rosa viejo y malva. Lo voy a utilizar muchísimo y no protestaré tanto ante el frío de enero y febrero, que siempre me da muchísima pereza.
También para el frío del invierno y para estas tardes de peli, sofá y manta, mi primo el del iPhone le pidió a los Reyes para mí una gozosa manta de Primark, de preciosos cuadros escoceses rojos y borreguito por dentro: ya la he colocado sobre mi sofá que está bastante destrozado, tiene mucho que esconder debajo de una bonita manta :)
Mi madre pidió a Baltasar para mí esta bandeja en forma de porción de pizza, tan especial.
Y mis tíos y mi prima Claudia, padres y hermana de mi primo el del iPhone, este maravilloso joyero de Musgo, una tienda que siempre nos ha fascinado pero que cerraron hace bastantes años. Los primeros escaparates de navidad con carácter espectacular que yo recuerdo no son los de el Corte Inglés sino los de la tienda Musgo de Hermosilla en Madrid, y la cantidad de regalos y auto regalos que he comprado allí es infinita. Podéis imaginar mi emoción al ver este joyero, que además al abrir los siguientes regalos comenzó a llenarse, con unos pendientes de swaroski y una sortija de Parfois.
Dos regalos que me hicieron una ilusión enorme: el primero, unos cestillos de mimbre para poner el pan como los que hay en nuestra casa de Haro, que yo no tenía y mi tía Ana me dijo que me los iba a buscar.
Y el segundo, un par de libros que vimos mi madre y yo en Madrid en una librería, pero yo tenía que comprar otros para regalar y no me daba el presupuesto... ¡ella los tomó a escondidas y me los puso en esta noche!
Uno es de prosa de mi admirado poeta Julio Martínez Mesanza, Premio Nacional de Poesía 2017, y otro es de una autora que recrea un mundo a caballo entre jane Eure, Jane Austen y Downton Abbey, dice la crítica. Casi nada: tres de mis referencias favoritas. Lo estoy devorando ya. La lectura es la mejor cura de la melancolía.
Por último, en este año me han hecho algunos regalitos de maquillaje-barra-cosmética, algo que en mi familia no es usual. En primer lugar encontré este labial y este esmalte de uñas de Essence, y aún ignoro quién lo pidió a los Reyes, es un misterio. La laca de uñas es color azul noche y la vi en muchas ocasiones en Beautik con ojos de deseo. Al final nunca la compré y ahora me alegra no haber caído con ella.
Es también tradición "ponerme" un regalo yo a mí misma, y en este año elegí una sortija copia del anillo de pedida de la princesa Catalina de Cambridge que encontré en un mercadillo de navidad (pedían quince euros por dos anillos y quería regalar uno a mi ahijada), y esta brocha de colorete con mango de unicornio que encontré en Claires.
Y mi tía Concha encargó a los Reyes para mí algo muy coqueto pero al mismo tiempo muy útil, algo que estaba necesitando como el aire que respiro: un lote de tres toallitas de cara de Zara Home, cien por cien algodón, de rizo muy suave y en un sufrido tono beige. De todos los procedimientos que he probado para retirar el maquillaje después de aplicar el bálsamo, aceite o leche de limpieza, es el que más me convence. Y ahora, gracias a mi tía y a la magia del seis de enero, ¡tengo tres ejemplares!
Si es que no hay nada como la familia. Muy bonitos todos los regalos.
ResponderEliminarUnos regalos geniales. El joyero es precioso, tu vestido jersey, ideal y al disco duro le vas a dar un montón de uso.
ResponderEliminarUn besito!
Tenía ganas de enseñaros el vestido en acción. Voy ahora a ver tu Vídeo de regalos de Reyes.
EliminarGenial lo de que la lectura es la mejor cura de la melancolía, estoy completamente de acuerdo!
ResponderEliminarPara mí en estos días es vital. Bienvenida al blog, Paloma.
EliminarMuchas gracias. Aunque es la primera vez que escribo, te sigo a diario desde hace mucho tiempo. ¡A ver si a partir de ahora me animo y comento más!
EliminarChulísimos todos tus regalos. Siempre espero este tipo de entradas
ResponderEliminarM.
La manta de tu primo es un must, sin duda. Y con la elíptica y la memoria, buff, os veo frikeando a David y a ti de lo lindo. Ya verás...
ResponderEliminarMuchas felicidades guapa, son grandes regalos, que los disfrutes con mucha salud (ponte buena).
A mí también me gusta la naranja del roscón, ;)
ResponderEliminarMe alegra ver que no soy rara, toda mi familia huye de la fruta confitada del roscón y a mí me encanta sobre todo la naranja, yo tomo el roscón sin nata porque la nata se me hace muy pesada, y si la fruta por encima se me haría muy aburrido...
EliminarQué montón de regalos! Disfrútalos mucho! Besos y feliz año
ResponderEliminarHoy he estado en Santa Maria Novella y me he vuelto con Iris, que es tierra mojada, gotas resbalando por las hojas y ninfas de los bosques en un frasco.
ResponderEliminar¿Qué tal vas con tu colonia de mimosas?
Me sigue fascinando, pero es muy perfume, muy para la noche. Es el perfume de noche de mi vida, lo malo es que sigo buscando uno para diario que creo que por ahora es el agua de tocador lilas de Álvarez Gómez. Si queréis en algún momento os hablo de esto. Gracias por acordarte de mí al entrar en esa exquisita perfumería, cuyo nombre para mí siempre evocará el viaje de mi vida, a Roma en el año pasado.
EliminarUnos regalos con mucho cariño y mucho gusto.
ResponderEliminarMenos mal que no te dió por rasgar el papel de la falsa tableta de chocolate, o tirarlo hecho un gurruño a la basura...!
Besos!
Pues me encantan tus regalos.
ResponderEliminarUn beso.