Renaissance look: por fin las paletitas de Makeup Revolution en acción

La belleza se muestra casi siempre generosa y caprichosa a la vez: se entrega pero no quiere quedar aprisionada.

Esa es la única razón (poética, reconozco), que le he hallado al hecho de que en estos días me haya afanado en crear y recrear un maquillaje preciosísimo con las paletas Reinassance glow y Reinassance night de Makeup Revolution..., y las fotografías que intentaba hacer del resultado fueran una auténtica basura.

No sé si es el calor, la luz excesiva, las prisas o que ando atravesando una bad hair week, aunque mi cabello esté recién lavado: lo cierto es que mi look era magnífico y mis selfies deplorables. Y tampoco he quedado contenta con el que os vengo a ofrecer, pero es la mejor imagen que pude realizar y está realizada, oh sorpresa, en las escaleras mecánicas del metro de Madrid. ¡Toma bucolismo!

La luz es por tanto un poco interior y artificial. He dicho un poco porque la boca quedaba por detrás y aún se podía percibir la luz solar y el viento, que mueve mi pelo...
En esta imperfecta foto se puede percibir la grandiosidad del iluminador de la paletita dúo sombra y luz. Aporta un halo sublime, que yo he aplicado en la zona alta de los pómulos y en el tabique y punta nasales. Teniendo en cuenta que lo que hay debajo es un maquillaje en polvo (el solar de Shiseido), resulta sorprendente el acabo "glow" que regala la paleta, haciendo honor a su nombre.
El contorno apenas se nota al ser muy sutil, pero ése es su deber, así que se lo perdono. Sobre todo he sombreado papada y frente, pues los pómulos míos me gustan tal cual (para una cosa que me encanta...), y hacerles contorno me resulta muy anti natural.

Pero lo que me gusta de la foto, además del momento "estoy en Madrid y voy trotando por las escaleras del metro al congreso del treinta aniversario de la AISO", es que por fin he logrado captar la magia de las sombras de ojos de la paleta "noche renacentista".

Estoy tan enamorada de este producto que asusto: creo que un mago se hizo pasar por creativo de la marca y eligió estos cinco tonos expresamente para mí.
Porque me disloca incluso la sombra blanca mate, que prodigiosamente pigmenta... La utilizo de base en todo el párpado, desde el arco de la ceja donde no pongo nada más, hasta el párpado móvil y sobre todo el lagrimal para limpiarlo..., no de impurezas, que eso lo hice antes con agua micelar, pero esa zona para mí es conflictiva, forma muchos pliegues y siempre queda oscura.
Luego la remarco aplicando la sombra rosa hielo, que podría encender toda una ciudad anochecida. Y extiendo la sombra color dorado viejo en la mitad interna del párpado, a ras de pestañas superiores e inferiores e incluso en la línea de agua, y la sombra color antracita en la esquina externa, también arriba y abajo, mezclando con el oro.

Con esta combinación mis ojos brillan muchísimo, se agranda, adquieren esa mirada de lujo, de música de vihuela, de trajes bordados de oro pálido. ¡Mirada renacentista! Mirada que en estos días de calor y sudor ha aguantado casi impecable, manteniendo su fulgor durante horas.