Perfumes de primavera: una pareja estupenda (Equivalenza & Clinique)... y una decepción
Si me preguntan cuál es mi perfume, yo digo mimosas.
En el fondo, comprendo muy bien a los creadores de esos anuncios chabacanos de fragancias en navidad que tan nerviosas nos ponen: el chico, la chica, el instinto animal, la seducción, la posesión... Lo entiendo, no lo comparto, porque un perfume promete un universo, y la fantasía de muchas y muchos es, desgraciadamente, así de reducida...
A mí la mimosa mezclada con un toque cítrico me evoca un mundo de sensualidad y delicadeza al mismo tiempo, a través de esta pareja estupenda:
La fragancia Happy de Clinique, cuya pirámide olfativa se compone de naranja, clementina y mimosa, se potencia si nos perfumamos en capas añadiendo debajo una generosa dosis de crema corporal de Mimosa y Limón de Equivalenza: ambos frascos aportan serenidad y dulzor, sensación de estar en casa casa pero también de vértigo feliz.
Compré Happy de Clinique cuando comenzaba la primavera, en un momento de esplendor y de ilusiones nacientes que no florecieron, pero queda esa sensación grata al abrir el frasco y recordar, porque un perfume no evoca solo un momento sino mil instantes, mil sensaciones, mil efervescencias. Y la mimosa posee el caleidoscópico don de arropar y a la vez sumergirte en la pura aventura, despierta mis mil caras: gamberra y femenina, niña y mujer...
Un perfume que en cambio ha resultado toda una decepción: Lluvia de primavera de Jimmy Boyd. Recuerdo haberlo visto en los anaqueles de El Corte Inglés durante mi primera juventud, cuando aún no podía permitirme semejante derroche, y además no había probadores para oler la fragancia, solo el nombre que me evocaba paraísos. La tierra mojada, ¡el olor a lluvia! Un perfume que huela a lluvia, ¿puede haber sobre la faz de nuestro planeta algo más poético?
Os ahorro el suspense: "no" huele a tierra empapada ni a jazmines húmedos ni a azahar en un día lluvioso. Huele cítrico, huele a Nenuco. Un timo. Jimmy Boyd, devuélveme mi adolescencia tardía. Devuélveme las tardes en el Corte Inglés ante tus vitrinas. Pido una indemnización de tiempos y de sueños...
Mi maduro desencanto ante este perfume tan idealizado, tan enamoramiento de oídas, se puede comprender muy bien leyendo el poema de Miguel D´Ors El dolmen de Eguilaz. Fue oler por fin el ansiado frasco y revivir dentro de mí ese poema. Todo esto y más cuento en mi último vídeo de YouTube sobre los perfumes de mi tocador:
En él, por eso, no sólo hablo de aguas de colonias, sino también de poesía..., porque ambos artes aciertan a la hora de evocar mil recuerdos, y a la hora de expresar el amor y el desamor.
En el fondo, comprendo muy bien a los creadores de esos anuncios chabacanos de fragancias en navidad que tan nerviosas nos ponen: el chico, la chica, el instinto animal, la seducción, la posesión... Lo entiendo, no lo comparto, porque un perfume promete un universo, y la fantasía de muchas y muchos es, desgraciadamente, así de reducida...
A mí la mimosa mezclada con un toque cítrico me evoca un mundo de sensualidad y delicadeza al mismo tiempo, a través de esta pareja estupenda:
Compré Happy de Clinique cuando comenzaba la primavera, en un momento de esplendor y de ilusiones nacientes que no florecieron, pero queda esa sensación grata al abrir el frasco y recordar, porque un perfume no evoca solo un momento sino mil instantes, mil sensaciones, mil efervescencias. Y la mimosa posee el caleidoscópico don de arropar y a la vez sumergirte en la pura aventura, despierta mis mil caras: gamberra y femenina, niña y mujer...
Os ahorro el suspense: "no" huele a tierra empapada ni a jazmines húmedos ni a azahar en un día lluvioso. Huele cítrico, huele a Nenuco. Un timo. Jimmy Boyd, devuélveme mi adolescencia tardía. Devuélveme las tardes en el Corte Inglés ante tus vitrinas. Pido una indemnización de tiempos y de sueños...
Mi maduro desencanto ante este perfume tan idealizado, tan enamoramiento de oídas, se puede comprender muy bien leyendo el poema de Miguel D´Ors El dolmen de Eguilaz. Fue oler por fin el ansiado frasco y revivir dentro de mí ese poema. Todo esto y más cuento en mi último vídeo de YouTube sobre los perfumes de mi tocador:
En él, por eso, no sólo hablo de aguas de colonias, sino también de poesía..., porque ambos artes aciertan a la hora de evocar mil recuerdos, y a la hora de expresar el amor y el desamor.
Más vídeos en el tocador please
ResponderEliminarM.
Habrá más, M. Aunque también habrá más vlogs 😂
EliminarEntiendo tu amor por las mimosas y tus evocaciones, pero que no compartas ciertas ideas no significa que sean chabacanas per sé (otra cosa es cómo se presenten, hay anuncios con esa idea subyacente muy bien elaborados y con una visual impecable, y auténticas vulgaridades, pero no se puede meter a todos en el mismo saco #detráshaygente)
ResponderEliminarPor otra parte, chascazo con Jimmy Boyd, tan caro, y oliendo a Nenuco, conmigo que no cuente.
Besos!
No digo que todos los anuncios de perfumes sean chabacanos, pero muchos sí, no hay más que verlos y sentirse indignada, qué pasa que tenemos que oler a flores para que un machito nos busque y nos haga una mujer?
EliminarY aún así digo que en el fondo lo entiendo, porque se venden sueños y mucha gente sueña eso.
Ya ves que esta vez no estoy muy de acuerdo con tu puntuslización, Bea (que sabes que siempre me son útiles) porque no he llamado chabacanos a los perfumes que no sean de mimosas sino a cierta publicidad, que sigo pensando que es de muy mal gusto 😂😱
Lo he entendido perfectamente, y refiriéndome a esos anuncios con la sexualidad como leiv motiv es lo que te digo que no todo es vulgar, hay algunas joyas estéticas bien traídas, aunque sí que hay mucho "rollo AXE" que apesta.
EliminarDe hecho, hay anuncios de perfumes en los que impera la sensualidad femenina y no aparece hombre alguno por ningún sitio.
No necesito que siempre estemos de acuerdo, el mundo avanza porque hay ideas diferentes que saben convivir y complementarse ;)
Besos!
Me encanta dialogar contigo y lo sabes: a mí también me gustan muchos de esos visuales y pequeñas joyas del microfilm que rebosan sensualidad, es justo el rollo axe a lo que más me refería 😱😘
EliminarDesde luego el perfume "lluvia de primavera" me recuerda a cualquier cosa menos a Nenuco. El dúo me ha gustado y quiero probarlo porque sospecho que me va a gustar y mucho.
ResponderEliminarUn besazo!
Yo tuve (y tengo todavía) ese ansia del olor de la tierra mojada, de la lluvia, de la terra virgo et flammea con la que fue moldeado Adán pero, ay, todos los perfumes que la prometen mienten. El último gran timo de mi vida ha sido Bluebell de Penhaligon's, que me pareció remilgado, insulso y algo pueril.
ResponderEliminarDejando de lado el tema de la lluvia, a mí gustan los perfumes rotundos, antiguos y algo sucios. "Hueles a tedeum bizantino" me dijeron en una ocasión. Tamaña impronta puede dejar un perfume. Conviene, pues, elegir con tino.
Yo insisto en que visites Santa Maria Novella. Allí hay algo para ti, no me cabe duda.
Enamorada del tedeum bizantino y de tu forma de hablar, madre mía, pero si parece que estoy oyendo a Manrique, "más cumple tener buen tino "...
EliminarMe gusta la pareja y voy a buscar ese libro
ResponderEliminarEn librerías especializadas en poesía lo encuentras, el Coco
EliminarCoincido con los comentarios de "más videos de tocador" y de "sensualidad de Axe no, por el amor de Thor!". Ya te tengo muy centralizada en aromas cálidos de mimosa con cítricos.
ResponderEliminarDe todos modos, han sacado uno de té blanco de Elisabeth Arden que yo creo que te gustaría, échale un vistazo porque es muy refrescante, pero no sé si tendrías problemas con la permanencia (a mi me pasa lo mismo, pero si son un poco invasivos en verano, me marean, soy una tecla)
Besotes
Tus parejas perfumiles siempre me llaman mucho la atención.
ResponderEliminarAquí una que se ha obsesionado con los aromas frescos y ya está pensando su próxima adquisición olfativa.
Un beso.