"Nel mezzo del cammin": mi visita al endocrino, primeros resultados de la Dieta-No-Dieta
Traigo muy buenas noticias, y quería compartir con vosotros mi felicidad.
La felicidad es un concepto constructivista: se construye día a día con esfuerzo. Un comentarista anónimo me auguró ayer: "una ola de verdad te inundará", y así ha sido. La verdad es que mi vida ha cambiado, mis hábitos han cambiado... y los datos cuantitativos sobre mi propio cuerpo han cambiado también.
No he alcanzado ninguna cumbre, estoy aún en la ardua mitad del camino, pero me han confirmado que estoy caminando bien, muy bien.
Primer dato cuantitativo: mi tensión está normal (once, siete.) Estoy relajada y mil veces más sana.
Segundo dato: he perdido...
... Y todo esto con alguna caída en el camino, que una no es de piedra. Y todo esto sin dejar de sonreír por el camino. Pasando hambre, sí, pero un hambre controlada, y generando una filosofía o mística del hambre.
Hay un hambre mala que se debe evitar, aquella que nace de no estar bien alimentada y que te induce al atracón. Pero yo, que no soy nada masoquista (me defino como hedonista católica), he descubierto que hay un hambre que te ayuda. Cuando tu estómago protesta un poco, estás quemando grasa. Eso te mantiene despierta, te ayuda a solidarizarte y tomar conciencia de que millones de personas en el mundo sufren hambre verdadera, y te hace crecer en señorío. Hablo de decirle a tu cuerpo "no", ahora no es el momento, esto no te conviene y te pongas como te pongas no lo vas a tener. Una lección que yo al menos acabo de aprender, y que da muchas satisfacciones en la vida, aunque ninguna de ellas sea gastronómica.
El doctor Salvador de la Clínica Universidad de Navarra, el mejor endocrino del mundo o al menos del mundo endocrinológico que yo he conocido, que es muy extenso, me felicitó, se declaró "impresionado", cual Santo Tomás entonó el "si no lo veo no lo creo" y me dio la mejor noticia del mundo, diciendo que con doce kilos menos tendré un índice corporal aceptable (con algo de sobrepeso pero no ya obesidad), y alejando de forma definitiva SI esto sigue su ritmo la funesta posibilidad de una operación bariátrica que en septiembre parecía inminente.
Y la verdad, soy muy feliz. Lo primero es mi salud, pero también es muy bonito ver contentos y orgullosos a mis padres y a mi médico, y despejar complicaciones. Hemos venido a este mundo a ser parte de la solución, y no parte del problema. Y como ahora tengo muy claro que la felicidad no reside en la comida, pero sí en algunas alegrías materiales aparte de lo verdaderamente importante... iré permitiéndome algunos caprichos acalóricos para celebrarlo..., caprichos que irán desfilando por este blog.
La felicidad es un concepto constructivista: se construye día a día con esfuerzo. Un comentarista anónimo me auguró ayer: "una ola de verdad te inundará", y así ha sido. La verdad es que mi vida ha cambiado, mis hábitos han cambiado... y los datos cuantitativos sobre mi propio cuerpo han cambiado también.
No he alcanzado ninguna cumbre, estoy aún en la ardua mitad del camino, pero me han confirmado que estoy caminando bien, muy bien.
Primer dato cuantitativo: mi tensión está normal (once, siete.) Estoy relajada y mil veces más sana.
Segundo dato: he perdido...
Doce kilos
Diez centímetros de cintura
Doce centímetros de cadera
Un diez por ciento de grasa corporal
Ayer, en la CUN, radiante de felicidad |
... Y todo esto con alguna caída en el camino, que una no es de piedra. Y todo esto sin dejar de sonreír por el camino. Pasando hambre, sí, pero un hambre controlada, y generando una filosofía o mística del hambre.
Hay un hambre mala que se debe evitar, aquella que nace de no estar bien alimentada y que te induce al atracón. Pero yo, que no soy nada masoquista (me defino como hedonista católica), he descubierto que hay un hambre que te ayuda. Cuando tu estómago protesta un poco, estás quemando grasa. Eso te mantiene despierta, te ayuda a solidarizarte y tomar conciencia de que millones de personas en el mundo sufren hambre verdadera, y te hace crecer en señorío. Hablo de decirle a tu cuerpo "no", ahora no es el momento, esto no te conviene y te pongas como te pongas no lo vas a tener. Una lección que yo al menos acabo de aprender, y que da muchas satisfacciones en la vida, aunque ninguna de ellas sea gastronómica.
El doctor Salvador de la Clínica Universidad de Navarra, el mejor endocrino del mundo o al menos del mundo endocrinológico que yo he conocido, que es muy extenso, me felicitó, se declaró "impresionado", cual Santo Tomás entonó el "si no lo veo no lo creo" y me dio la mejor noticia del mundo, diciendo que con doce kilos menos tendré un índice corporal aceptable (con algo de sobrepeso pero no ya obesidad), y alejando de forma definitiva SI esto sigue su ritmo la funesta posibilidad de una operación bariátrica que en septiembre parecía inminente.
Y la verdad, soy muy feliz. Lo primero es mi salud, pero también es muy bonito ver contentos y orgullosos a mis padres y a mi médico, y despejar complicaciones. Hemos venido a este mundo a ser parte de la solución, y no parte del problema. Y como ahora tengo muy claro que la felicidad no reside en la comida, pero sí en algunas alegrías materiales aparte de lo verdaderamente importante... iré permitiéndome algunos caprichos acalóricos para celebrarlo..., caprichos que irán desfilando por este blog.
Ole, ole y ole! Ayer te decía que estaba segura de que habría buenas noticias y me alegro muchísimo por ti, reina!!
ResponderEliminarUn besazo y enhorabuena.
Como me alegro por tí, Eres toda una campeona!! Se te ve radiante de felicidad y eso seguro que se va contagiando por donde vayas. Y encima de estar sanísima, se te va a queda un tipín para el verano....
ResponderEliminarÁnimo y a continuar caminando por el sendero correcto!!
Besos
Discrepo, no es necesario pasar hambre, o al menos hambre con tonos de debilidad; que entristece y hace bajar el rendimiento y la capacidad de reacción más elemental. Hay mil y una maneras sanas de engañar a las sensaciones esquivando el sufrimiento. En la foto se te ve más que delgada, desinflada: más sana. De ahí se pasa a la delgadez grácil, créeme que es un paso natural. Pero por favor descarta el sufrimiento del hambre, que bastante complicada es ya la vida. Más vale añadir algún día más en bajar que añadir pena al rostro, y además lo que se baja con sufrimiento se sube. Lo que se baja con autocontrol no se sube.
ResponderEliminarEnhorabuena, Rocío. Ayer recé un poquito pero sabía que casi todo lo tenías hecho. ¡A por ellos, que son pocos y cobardes! Y estás resplandeciente.
ResponderEliminarenhorabuena guapa, hay que comer sano y bien y no es necesario pasar hambre
ResponderEliminarmuackss
Nunca he hablado de sufrimiento ni debilidad, pero debemos desechar la idea de que cada comida nos debe dejar saciados. El hambre mala es la que nos lleva al sufrimiento, y yo no soy masoquista...
ResponderEliminarGracias a todas.
Mi más sincera enhorabuena, eres digna de mi admiración!
ResponderEliminarYo he tenido un cólico de vesícula muy doloroso hace unos días que en parte los médicos han achacado a mi sobrepeso, ya que desde que tuve a mi niño hace ya casi tres años no he adelgazado el peso cogido en el embarazo, y estoy empezando a tomar conciencia de que hay que cuidarse, ya no por estética, que también, si no por salud , espero ser tan fuerte como tu y lograrlo.
Enhorabuena, guapa!! Ole por tí!!! Me alegro muchísimo de esa mejoría, tu salud da palmas, estoy segura :)
ResponderEliminarSigue así. Un abrazo!
ENHORABUENA con mayúsculas. Doce kilos merecen que nos quitemos el sombrero :)
ResponderEliminarENHORABUENA GUAPA!
ResponderEliminarMe alegro muchísimo que las noticias hayan sido buenas, lo sabia!!!!
A seguir luchando, que no es fácil, pero lo vas a conseguir :)
Muchas felicidades, y estas guapísima!
ResponderEliminarMuack!
Yo tampoco soy masoquista pero saber que en Haiti cientos de niños se alimentan de barro ayuda a renunciar a caprichitos ñoños y tonterías.
ResponderEliminarEnhorabuena! Por supuesto que la salud es lo primero, y además se te ve muy feliz.
ResponderEliminarErlineli
Felicidades por tu tremendo esfuerzo y que sigas conservando esas ganas para afrontar las otras etapas y luego conservar lo aprendido comiendo sanamente.Estás muy contenta y eso se refleja en tus palabras,estás ganando la batalla a las tentaciones culinarias que te hacían pupa antes.Comer sano es estupendo y saber comer lo es más! Animo con tu logro,vas bien.
ResponderEliminarCuánto me alegro!
ResponderEliminarMuchas felicidades, tu esfuerzo está teniendo su compensación!!!!!
ResponderEliminarBesos
Enhorabuena! Eso es digno de mención, y también hay que agradecer que nos lo vayas contando para saber que es posible hacerlo sin sufrimientos y conseguir estar sano y saludable. Eres muy constante y eso es lo primordial. Ahora a celebrarlo!!!
ResponderEliminarPues venga a darse un capricho o dos que te lo has ganado.
ResponderEliminarHija mía, estás guapa de verdad, radiante y sobretodo me alegro cantidad de que te "salves" de la operación (algo que me tenía preocupada).
Un beso.
Qué noticia tan buena!!! Me alegro mucho por ti, y me da envidia (de la sana, de la que hace que yo también me lo proponga) tu autocontrol y que bien verte tan feliz.
ResponderEliminarA seguir así!!!
Que bien que vayas consiguiendo el peso adecuado¡¡¡¡¡¡ no ya por estética, sino por salud, que es lo ma´s importante...
ResponderEliminarEl chocolate con un 80% de cacao puero de lindtt te puede ayudar a darte algún capricho :):):)
Besos,
Felicidades!estás monísima y con buena salud! Q bien!
ResponderEliminarMe alegro tantísimo por ti!! Es genial como poco a poco vas consiguiendo tanta salud y tanta alegría, porque se te ve más positiva si cabe.
ResponderEliminarBesotes preciosa!