El auténtico Makimarujeo: en Teterimundi con Subflava y La Tía Maruja
De vez en cuando es bueno saltar "al otro lado del espejo": quedar con las autoras de varios blogs admirados, disfrutar, conversar y descubrir nuevos rincones juntas... ¡¡¡Blogueras por el mundo!!!
Es lo que nos ocurrió a Subflava, a La Tía Maruja y a mí ayer: una mañana de domingo, calles luminosas, bazares chinos y ¡té! Té de verdad, como dijo Sub. Y todo aderezado con diálogos chispeantes, una curiosidad común y toneladas de verdadero cariño.
Aclaro que yo no conocía a LTM "in person", y que a Subflava sólo la había visto una vez, hace un año, en una inolvidable tarde de Navidad madrileña en Lush y Así. Pero gracias a la labor de Tita Hellen, nos hemos encontrado y éste es el comienzo de una gran amistad.
Nuestro desayuno en Rodilla se podría resumir en tres palabras: siliconas, latín y Calderón de la Barca. Así somos, pasamos del tofu a la meditación sobre la muerte y de los pintalabios al haiku con la fluidez de una bailarina.
Luego nos perdimos en el bazar chino Pza Santo Domingo, cerca de Gran Vía, porque las tres quedamos prendidas en una taza de té que desde el escaparate prometía tardes cálidas por sólo dos euros con cincuenta. Y yo encontré por fin una cuchara colador por otros dos euros y medio. Y ya que de té iba la cosa, en vez de conducirnos al mercado de Leganitos como era nuestro primer plan, Subflava nos llevó a Teterimundi.
Absoluta maravilla situada en la plazuela de San Gines, cabe una preciosa iglesia de lo más literaria, (allí se casó Lope de Vega y Quevedo fue bautizado...)
Pude oler el rooibos de tarta de manzana, y los tés de edición navideña. Me llevé uno llamado Pesadilla antes de Navidad que huele a mazapán, y lleva té negro, canela, cardamomo y nubes de merengue. Lo reservo para las fiestas, para llenarme una taza cuando mis tíos y primos estén poniéndose tibios de turrón.
Anoche estrené la taza y el otro saquito que compré, un té negro con cacao y nueces de macadamia llamado La casita de chocolate. Con un colador como Dios manda y una tapa de cerámica, todo infusionó mucho mejor, obviando el hecho de que ésto es té de verdad, Subflava dixit.
La casita de chocolate es una infusión que te calienta el alma. En la bolsita huele a cacao especiado. En taza es de color oscuro y el olor a chocolate es muy suave pero persistente. El té sabe bastante pero el cacao se nota y lo suaviza, en una mezcla de vigor y dulzura. Despeja, sacia y apaga el ansia de dulce, pero tampoco es nada dulce. No lo he endulzado con nada, de todas formas...
Pagué cinco euros noventa por dos saquitos de cincuenta gramos. La experiencia ha sido buenísima, la taza china me rechifla... pero me quedo con las risas a tres bandas y con la ilusión de repetir la velada dentro de pocos días, y esta vez incluyendo a Tita Hellen.
Es lo que nos ocurrió a Subflava, a La Tía Maruja y a mí ayer: una mañana de domingo, calles luminosas, bazares chinos y ¡té! Té de verdad, como dijo Sub. Y todo aderezado con diálogos chispeantes, una curiosidad común y toneladas de verdadero cariño.
De izquierda a derecha, LTM, Sub y yo |
Aclaro que yo no conocía a LTM "in person", y que a Subflava sólo la había visto una vez, hace un año, en una inolvidable tarde de Navidad madrileña en Lush y Así. Pero gracias a la labor de Tita Hellen, nos hemos encontrado y éste es el comienzo de una gran amistad.
Nuestro desayuno en Rodilla se podría resumir en tres palabras: siliconas, latín y Calderón de la Barca. Así somos, pasamos del tofu a la meditación sobre la muerte y de los pintalabios al haiku con la fluidez de una bailarina.
Luego nos perdimos en el bazar chino Pza Santo Domingo, cerca de Gran Vía, porque las tres quedamos prendidas en una taza de té que desde el escaparate prometía tardes cálidas por sólo dos euros con cincuenta. Y yo encontré por fin una cuchara colador por otros dos euros y medio. Y ya que de té iba la cosa, en vez de conducirnos al mercado de Leganitos como era nuestro primer plan, Subflava nos llevó a Teterimundi.
Foto de La Tía Maruja |
Absoluta maravilla situada en la plazuela de San Gines, cabe una preciosa iglesia de lo más literaria, (allí se casó Lope de Vega y Quevedo fue bautizado...)
Pude oler el rooibos de tarta de manzana, y los tés de edición navideña. Me llevé uno llamado Pesadilla antes de Navidad que huele a mazapán, y lleva té negro, canela, cardamomo y nubes de merengue. Lo reservo para las fiestas, para llenarme una taza cuando mis tíos y primos estén poniéndose tibios de turrón.
La casita de chocolate, de Teterimundi |
Anoche estrené la taza y el otro saquito que compré, un té negro con cacao y nueces de macadamia llamado La casita de chocolate. Con un colador como Dios manda y una tapa de cerámica, todo infusionó mucho mejor, obviando el hecho de que ésto es té de verdad, Subflava dixit.
Mi taza china |
Su otro lado |
La casita de chocolate es una infusión que te calienta el alma. En la bolsita huele a cacao especiado. En taza es de color oscuro y el olor a chocolate es muy suave pero persistente. El té sabe bastante pero el cacao se nota y lo suaviza, en una mezcla de vigor y dulzura. Despeja, sacia y apaga el ansia de dulce, pero tampoco es nada dulce. No lo he endulzado con nada, de todas formas...
Pagué cinco euros noventa por dos saquitos de cincuenta gramos. La experiencia ha sido buenísima, la taza china me rechifla... pero me quedo con las risas a tres bandas y con la ilusión de repetir la velada dentro de pocos días, y esta vez incluyendo a Tita Hellen.
Esos encuentros son siempre entrañables.
ResponderEliminarLa tacita está genial, y el precio de los tés es muy bueno.
Que los disfrutes!!
Efectivamente, en la taza pone 茶, chá (te). Yo prefiero beber te en hoja natural. Hay muchas variedades exquisitas. Lo de los sabores etc. me parece algo creado para las personas a las que no les gusta el te.
ResponderEliminarAnónimo, te estaba esperando. Pensaba "si este carácter es de mentirijillas me lo dirá el anónimo que vive en Taiwán..." Porque he supuesto que eres el/la que me advirtió contra los pintalabios mágicos taiwaneses... los dos que tengo ahora son marroquíes de veras, hablaré pronto de ellos.
EliminarYo fui el anónimo de los pintalabios y no vivo en Taiwan. ¡Felices Fiestas a las dos! ¡Anda que no se aprende nada en este blog! ¡Gracias a ambas"!
EliminarRealmente inolvidable y con segunda parte muy pronto. Ha sido todo un regalo de Navidad. Un beso enoooorme, preciosa!
ResponderEliminarQue bonito encuentro¡¡¡¡
ResponderEliminarY la taza me parece preciosa <3. Yo tengo un colador de estos también y me costó 0´75€ en un bazar¡¡¡
Un beso.
Qué contentas se os ve!! Aunque claro, en tan buena compañía.... La taza me parece una maravilla de bonita y los tés.... abren el apetito!
ResponderEliminarBesos
Me ha encantado tu taza y ese té debe estar de vicio...aunque lo que más me ha gustado ha sido ponerle cara a la linda Tía Maruja!
ResponderEliminarBESOS!
Es muy chula la taza...
ResponderEliminarMe dejáis los dientes largos con los tés! Besos!
ResponderEliminarEsperamos esa reviú del té con sabor a mazapán.
ResponderEliminarSeguro que lo pasasteis genial aunque no me gusta el te!!!!!!!!!!
ResponderEliminarBesos
Me encanta tu nueva taza que es preciosa y el té adquirido suena genial y nombres dulzónes jiji
ResponderEliminarMe encanta tu nueva taza que es preciosa y el té adquirido suena genial y nombres dulzónes jiji
ResponderEliminarLa que lo atreza no va... anda que no soy desastre ni ná XD A la siguiente voy fijo de verdad.
ResponderEliminarEsa tienda es un bazar de tés mágicos, me chifla esa tienda.
Besotes
Qué guapas estáis todas!
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