Sombras Velvet Matte y EL Check & Tweed de Catrice: un cuento de hadas de tartán
¿Puede lo mate convertirse en cremoso, sedoso y metalizado sin abandonar su esencia? ¿Puede lo mate brillar?
Catrice ha logrado que la paradoja tome cuerpo y textura, saltando de los manuales de poesía a la pura realidad cosmética.
Una vez más, Begoña y Mila me reciben en el local de Beautik de Logroño con brillantes novedades en sus estanterías...
Llegué justo en el momento en el que colocaban en el mueble expositor de Catrice estas maravillosas sombras mates. Yo suelo aborrecer ese acabado, pero decidí pasar el dedo por encima... y desde entonces sólo tuve ojos para ellas, olvidando casi la preciosísima colección Check & Tweed.
El tacto de estas sombras es tan suave que parece crema: se funde en la piel con sólo un par de toques. Y el acabado es como metálico sin dejar de ser mate.
Los tonos son como para enloquecer de amor por el otoño: desde un oro viejo a un verde tormenta, con tornasol plomizo, pasando por la clara protagonista del cuento de hadas cromático: una poderosa sombra borgoña, que encuentra eco en un nuevo esmalte de uñas color ciruela con una lluvia de burbujas granates bailando en su superficie.
Yo las probé todas pero no me llevé ninguna. Y sin embargo, por primera vez en mi vida se ha colado en mi lista de deseos una sombra mate. Y no una sino tres: me he enamorado perdidamente del tono corinto, de los colores 50 y 60, entre piedra y humo, y si me apuras del tono 20, un rosa porcelana pastel que se merece una égloga de Garcilaso.
¿Y de la colección Check & Tweed no te llevaste nada? Pues me resistí a los labiales, de alegres y sobrios colores ladrillo y ciruela; me resistí a los cuartetos, preciosos pero poco útiles para mí... Iba con la idea fija de comprar tan sólo el esmalte color gris marengo, pero al fin también se metió en mis bolsillos el iluminador que es sobrio en su gran belleza:
No tiene brillantina, la luz nace del color y la textura es muy fina aunque algo polvorienta. Cuando te la aplicas no brilla tu tez sino que se aclara y adquiere un aspecto limpio, impoluto. Por eso me parece el iluminador ideal para pieles grasas:
Y al fin llega lo que había venido a buscar: el espléndido esmalte London calling, gris marengo sólido y muy invernal:
Colores magnéticos, texturas mágicas: ¡Catrice me sorprende cada día!
Catrice ha logrado que la paradoja tome cuerpo y textura, saltando de los manuales de poesía a la pura realidad cosmética.
Una vez más, Begoña y Mila me reciben en el local de Beautik de Logroño con brillantes novedades en sus estanterías...
Nuevas sombras de ojos de Catrice |
Llegué justo en el momento en el que colocaban en el mueble expositor de Catrice estas maravillosas sombras mates. Yo suelo aborrecer ese acabado, pero decidí pasar el dedo por encima... y desde entonces sólo tuve ojos para ellas, olvidando casi la preciosísima colección Check & Tweed.
El tacto de estas sombras es tan suave que parece crema: se funde en la piel con sólo un par de toques. Y el acabado es como metálico sin dejar de ser mate.
Así quedan en la piel |
Los tonos son como para enloquecer de amor por el otoño: desde un oro viejo a un verde tormenta, con tornasol plomizo, pasando por la clara protagonista del cuento de hadas cromático: una poderosa sombra borgoña, que encuentra eco en un nuevo esmalte de uñas color ciruela con una lluvia de burbujas granates bailando en su superficie.
Yo las probé todas pero no me llevé ninguna. Y sin embargo, por primera vez en mi vida se ha colado en mi lista de deseos una sombra mate. Y no una sino tres: me he enamorado perdidamente del tono corinto, de los colores 50 y 60, entre piedra y humo, y si me apuras del tono 20, un rosa porcelana pastel que se merece una égloga de Garcilaso.
Check & Tweed en mi tocador |
¿Y de la colección Check & Tweed no te llevaste nada? Pues me resistí a los labiales, de alegres y sobrios colores ladrillo y ciruela; me resistí a los cuartetos, preciosos pero poco útiles para mí... Iba con la idea fija de comprar tan sólo el esmalte color gris marengo, pero al fin también se metió en mis bolsillos el iluminador que es sobrio en su gran belleza:
Iluminador de la EL Check & Tweed de Catrice |
No tiene brillantina, la luz nace del color y la textura es muy fina aunque algo polvorienta. Cuando te la aplicas no brilla tu tez sino que se aclara y adquiere un aspecto limpio, impoluto. Por eso me parece el iluminador ideal para pieles grasas:
Y al fin llega lo que había venido a buscar: el espléndido esmalte London calling, gris marengo sólido y muy invernal:
London calling de Catrice |
Colores magnéticos, texturas mágicas: ¡Catrice me sorprende cada día!
Aquí aún no han llegado las novedades, pero miedito me da cuando lo hagan.
ResponderEliminarBesos!
Guau, el esmalte me ha enamorado.
ResponderEliminarY la sombra así más clara también.
Un beso.
Rebonito el esmalte y las sombras me quedo también con la burdeos.
ResponderEliminarEsas sombras prometen y mucho....saludos!
ResponderEliminaresa sombra granate... tiene mi nombre
ResponderEliminarEsas sombras uissss..
ResponderEliminarCreo que acabarás cayendo (:
La semana que viene, Anónimo...
EliminarEse esmalte es amor.
ResponderEliminarTienes que comprar alguna para decirnos cuanto dura (ña ña ña...)
ResponderEliminarM.
Me parece ideal eso de un iluminador para pieles grasas, pero que sea polvoriento no me convence.
ResponderEliminarA Madrid aún no las han traido... qué mal! la verde tiene buena pinta!!.
ResponderEliminarPor cierto, me encanta tu reloj y eso que no me gustan los relojes grandes, pero me chifla.
Besotes
A mí en cambio sí me gustan los relojes grandes, creo que por influencia de mis primas. Y adoro los Swatch. Este me lo compré cuando salió publicado mi ´´ultimo poemario, "La llave dorada"...
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