Los Terminados de Adaldrida: marzo 2014... y odio eterno al Snow Fairy de Lush
En marzo he gastado pocos tarritos, pero a cambio he protagonizado un suceso épico:
¡¡¡Por fin he conseguido terminar el bote de Snow Fairy!!!
Es el fin de una historia de amor que comenzó en Salamanca, con la habitación de un hotel llena de burbujas rosas, burbujas hasta en mis zapatos..., y que ha llegado a su fin por culpa de la rutina: miles de duchas inundadas en ese olor sintético a chuches que no soporto más lo han convertido en gel aborrecido.
Ahora, si me queréis, no me dejéis comprarlo de nuevo en las próximas Navidades...
Otro frasquito terminado, esta vez con lágrimas, es esta colonia de TBS que ha sido durante varios meses mi aroma de oficina.
En el trabajo busco perfumes no invasivos, ya que lo que para mí es un olor riquísimo puede ser, para el vecino, un quebradero de cabeza.
Por la noche o durante el fin de semana me puedo permitir mimosas suculentas gracias a L'Occitane, o una sensual mezcla de rosas y miel con Rituals..., pero mis mañanas de marzo han olido a sábanas limpias, a camisón nuevo, gracias a The Body Shop. Repetiré.
Con pesar inmenso he tenido que cantarle un réquiem al esmalte marrón glacé de Art Decó que me compré en la pasada Nochebuena. Me ha hechizado su color, dulce y cremoso y discreto a la vez: tanto que repetía y repetía... Es un tono muy invernal, así que me ha abandonado en el momento justo.
Y, por último, hasta la más recóndita gota he gastado la crema Kelual DS de Ducray, que me compré para arreglar un par de cataclismos. Me la bebí en dos semanas, y temo que se me ha quedado cortísima de hidratación. Repetiré solo como cura puntual, pero este tubito que tanto adoré ahora parece un vestido que ya no sirve, que se guarda en el baúl por pura nostalgia.
¡¡¡Por fin he conseguido terminar el bote de Snow Fairy!!!
Es el fin de una historia de amor que comenzó en Salamanca, con la habitación de un hotel llena de burbujas rosas, burbujas hasta en mis zapatos..., y que ha llegado a su fin por culpa de la rutina: miles de duchas inundadas en ese olor sintético a chuches que no soporto más lo han convertido en gel aborrecido.
Ahora, si me queréis, no me dejéis comprarlo de nuevo en las próximas Navidades...
Colonia de karité, the body shop |
Otro frasquito terminado, esta vez con lágrimas, es esta colonia de TBS que ha sido durante varios meses mi aroma de oficina.
En el trabajo busco perfumes no invasivos, ya que lo que para mí es un olor riquísimo puede ser, para el vecino, un quebradero de cabeza.
Por la noche o durante el fin de semana me puedo permitir mimosas suculentas gracias a L'Occitane, o una sensual mezcla de rosas y miel con Rituals..., pero mis mañanas de marzo han olido a sábanas limpias, a camisón nuevo, gracias a The Body Shop. Repetiré.
269 de Art Decö |
Con pesar inmenso he tenido que cantarle un réquiem al esmalte marrón glacé de Art Decó que me compré en la pasada Nochebuena. Me ha hechizado su color, dulce y cremoso y discreto a la vez: tanto que repetía y repetía... Es un tono muy invernal, así que me ha abandonado en el momento justo.
Y, por último, hasta la más recóndita gota he gastado la crema Kelual DS de Ducray, que me compré para arreglar un par de cataclismos. Me la bebí en dos semanas, y temo que se me ha quedado cortísima de hidratación. Repetiré solo como cura puntual, pero este tubito que tanto adoré ahora parece un vestido que ya no sirve, que se guarda en el baúl por pura nostalgia.
Pues un réquiem para todos. Reconozco esa sensación de hastío que comentas con los olores demasiado intensos (y algo artificiales, todo sea dicho).
ResponderEliminarBESOS!
No creo que compre el Snow Fairy por navidad, pero no es que te quiera menos, es que me satura su olor.
ResponderEliminarRequien por ese esmalte amado y usado. Creo que es la mejor forma que podría tener de morir un esmalte. Por uso y no por secarse aburrido en un cajón.
Besos!
Yo con el snow no podia, compré un bote pequeño para probar hace mucho tiempo y lo regalé porque era insufrible.
ResponderEliminarY vaya acabar un esmalte y que no se seque antes es todo un reto.
Esa colonia me gustaria probarla.
Un beso.
en cambio a mí sí me gusta Snow Fairy, perderme en ese olor a chuches aunque sea artificial, porque ya que no puedo comerlas
ResponderEliminarel esmalte precioso y olé por darle tanto uso hasta acabarlo
muacks
Me parece muy bonito ese color de laca. Y no he probado el show Fairy pero no me queda gana de hacerlo.
ResponderEliminarLos olores sintéticos es lo que tienen.
ResponderEliminarComo los geles de rituals no hay ninguno, aunque las ediciones mavideñas de Yves Rocher huelen muy bien y son bastante mas baratos que los de lush. Feliz puente!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con que como Rituals no hay nada. Llevo todo el invierno usando el aceite perfumado de la línea Ayurveda, y en Pascua voy a comprar la bruma Happy mist.
EliminarPero discrepo de lo de YR: esos geles dan alergia.
Olor dulzón dios nos libre. Y ése esmalte es invernal a más no poder.
ResponderEliminarM
U otoñal, M. Pero me gusta tanto que lo he usado en el comienzo de la primavera.
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