Los Terminados de Adaldrida: Diciembre 2013 y Enero 2014
En noviembre gasté champús terribles utilizándolos para limpiar brochas, geles anodinos, aguas micelares y poco más. En diciembre gasté cosas interesantes, productos de los que quería hablar para bien y para mal, pero me pudo el ambiente festivo. Llega Enero, el mes más largo y desabrido del año, y eso que para mí comienza el día siete...
Y no tengo mejor plan que reciclar botes y abrazar a mi Niño Jesús de peluche por las noches... mi trocito de Navidad para todo el año.
Aquí os dejo una foto pachanguera donde las haya... bajo la luz nocturna y con disparo de flash... Pero qué quieren, acabo de leer los terminados de Mareas y me entra la agonía viva por relatar mis andanzas, somos así. Disfruto tanto con las crónicas de productos terminados en otros blogs que me parece injusto privaros de la mía tan solo por pereza y porque el mal tiempo no me permita hacer fotos diáfanas de tarros vacíos.
Allá voy.
1. Manteca desmaquillante a la camomila de The Body Shop:
Lata que compré con amor y grandes expectativas... y que no repetiré.
Metes los dedos y tomas una untuosa porción de algo que se mueve entre la noción tradicional de manteca y el concepto de cera. Lo disuelves en tu rostro, masajeando y te derrites... de repente el baño se convierte en un spa facial, la suciedad va escurriéndose entre los dedos, todo parece resbalar, flotar, fluir...
Sí, pero entonces se acaba y tienes que repetir el rito, y... ¿cómo? ¿Metes los dedos sucios en la manteca? ¿Te lavas las manos y entonces metes los dedos húmedos? Algo no funciona: al final la lata se llena de restos de agua o de maquillaje. Y además si tu piel no es seca, seca, al tercer día te das cuenta de que el spa se ha convertido en una fiesta de la grasa, pura y natural pero grasa al fin y al cabo.
He vuelto a mi loción limpiadora Cetaphil, por cierto. Es como un viejo amor que no falla, que en ocasiones aburre un poco pero que siempre añoras y acabas abrazando una y otra vez.
2. Crema concentrada de aloe vera de Dr. Organics:
Señor, qué cosa más mala. Ya sé que mi primera impresión de esta crema fue magnífica... pero no he podido acabarla como veis en la imagen. Mi piel se acostumbró a ella en un mes y ya no le hacía nada, era como untarse el rostro con agua y además agua del grifo... porque de repente comenzaron las rojeces y una falta de hidratación morrocotuda que me hizo dejarme de tonterías y visitar de nuevo la perfumería Muro para hacerme con la Creme Fraiche de Nuxe que es mi crema nocturna de cabecera aunque cueste sus buenos treinta euros: bien pagados están.
3. Leche Virginal de Yipsophilia:
Otra de mis compras habituales en la perfumería Muro, pero esta vez no repetiré. Esta loción sirve de segundo paso de limpieza y de tónico, es excelente, su fórmula es todo un poema bucólico y huele como a postre de leche de soja. Pero es que cuesta 22 euros, sí, 22 euros, y no está la Magdalena para tafetanes, sobre todo desde que descubrí cómo hacer mi propio tónico casero.
El líquido es irreprochable, pero por el precio que piden podrían mejorar el dispensador que siempre se atrofia al cuarto "flis flis", es matemático. Y el tapón de plástico es endeble y siempre se resquebraja.
4. Bálsamo vitalidad de Secretos del agua:
Me parece el acondicionador perfecto para cabellos grasos, hidrata sin aplastuciar el pelo. Para mí no es porque no combate la electricidad. Me parece que me gustan más los productos de esta marca para la piel que su catálogo de cuidados capilares, aunque el champú purificante es una maravilla.
Reciclaré el bote para ir a la piscina, ¿porqué lo llamaremos talla de viaje cuando queremos decir talla de gimnasio?
5. Quitaesmaltes Expréss "Fast & Easy" de Kiko:
He cantado un réquiem a esta quintaesencia del buen hacer. Una esponja bañada en un líquido elemento sin acetona (no lo puedo probar pero en mis uñas se ha portado como un limpiador libre de acetona), que por lo tanto no huele a acetona sino a manzana verde, un olor rico rico (pero no debemos aspirarlo tampoco, claro está.) Esto lo retira todo, todo y todo. Nada en los bordes, nada de sequedad en la uña. Es puro arte hecho potingue.
...Y menos mal, porque ya me estaba deprimiendo tanta crítica que podía resumirse en "ni fu ni fa". También he acabado un par de desodorantes en crema Seda Silk de Bily, lo adoro y pronto hablaré de él en unas reflexiones en la bañera.
Y no tengo mejor plan que reciclar botes y abrazar a mi Niño Jesús de peluche por las noches... mi trocito de Navidad para todo el año.
Manteca desmaquillante de camomila de TBS |
Aquí os dejo una foto pachanguera donde las haya... bajo la luz nocturna y con disparo de flash... Pero qué quieren, acabo de leer los terminados de Mareas y me entra la agonía viva por relatar mis andanzas, somos así. Disfruto tanto con las crónicas de productos terminados en otros blogs que me parece injusto privaros de la mía tan solo por pereza y porque el mal tiempo no me permita hacer fotos diáfanas de tarros vacíos.
Allá voy.
1. Manteca desmaquillante a la camomila de The Body Shop:
Lata que compré con amor y grandes expectativas... y que no repetiré.
Metes los dedos y tomas una untuosa porción de algo que se mueve entre la noción tradicional de manteca y el concepto de cera. Lo disuelves en tu rostro, masajeando y te derrites... de repente el baño se convierte en un spa facial, la suciedad va escurriéndose entre los dedos, todo parece resbalar, flotar, fluir...
Sí, pero entonces se acaba y tienes que repetir el rito, y... ¿cómo? ¿Metes los dedos sucios en la manteca? ¿Te lavas las manos y entonces metes los dedos húmedos? Algo no funciona: al final la lata se llena de restos de agua o de maquillaje. Y además si tu piel no es seca, seca, al tercer día te das cuenta de que el spa se ha convertido en una fiesta de la grasa, pura y natural pero grasa al fin y al cabo.
He vuelto a mi loción limpiadora Cetaphil, por cierto. Es como un viejo amor que no falla, que en ocasiones aburre un poco pero que siempre añoras y acabas abrazando una y otra vez.
...Y el resto de Terminados |
2. Crema concentrada de aloe vera de Dr. Organics:
Señor, qué cosa más mala. Ya sé que mi primera impresión de esta crema fue magnífica... pero no he podido acabarla como veis en la imagen. Mi piel se acostumbró a ella en un mes y ya no le hacía nada, era como untarse el rostro con agua y además agua del grifo... porque de repente comenzaron las rojeces y una falta de hidratación morrocotuda que me hizo dejarme de tonterías y visitar de nuevo la perfumería Muro para hacerme con la Creme Fraiche de Nuxe que es mi crema nocturna de cabecera aunque cueste sus buenos treinta euros: bien pagados están.
3. Leche Virginal de Yipsophilia:
Otra de mis compras habituales en la perfumería Muro, pero esta vez no repetiré. Esta loción sirve de segundo paso de limpieza y de tónico, es excelente, su fórmula es todo un poema bucólico y huele como a postre de leche de soja. Pero es que cuesta 22 euros, sí, 22 euros, y no está la Magdalena para tafetanes, sobre todo desde que descubrí cómo hacer mi propio tónico casero.
El líquido es irreprochable, pero por el precio que piden podrían mejorar el dispensador que siempre se atrofia al cuarto "flis flis", es matemático. Y el tapón de plástico es endeble y siempre se resquebraja.
4. Bálsamo vitalidad de Secretos del agua:
Me parece el acondicionador perfecto para cabellos grasos, hidrata sin aplastuciar el pelo. Para mí no es porque no combate la electricidad. Me parece que me gustan más los productos de esta marca para la piel que su catálogo de cuidados capilares, aunque el champú purificante es una maravilla.
Reciclaré el bote para ir a la piscina, ¿porqué lo llamaremos talla de viaje cuando queremos decir talla de gimnasio?
5. Quitaesmaltes Expréss "Fast & Easy" de Kiko:
He cantado un réquiem a esta quintaesencia del buen hacer. Una esponja bañada en un líquido elemento sin acetona (no lo puedo probar pero en mis uñas se ha portado como un limpiador libre de acetona), que por lo tanto no huele a acetona sino a manzana verde, un olor rico rico (pero no debemos aspirarlo tampoco, claro está.) Esto lo retira todo, todo y todo. Nada en los bordes, nada de sequedad en la uña. Es puro arte hecho potingue.
...Y menos mal, porque ya me estaba deprimiendo tanta crítica que podía resumirse en "ni fu ni fa". También he acabado un par de desodorantes en crema Seda Silk de Bily, lo adoro y pronto hablaré de él en unas reflexiones en la bañera.
Oooooooh
ResponderEliminarEl Jesusitodemivida es adorable.
De eso se trata, Susu...
EliminarCon lo que me gusta a mí un pintauñas y todavía no he probado ni un quitaesmalte por inmersión... A mí me gusta mi algodón y mi quitaesmalte. Si llevo glitter o tocan las uñas de los pies, me las pongo "en papillote" (las envuelvo en algodón y luego en aluminio). He visto en buyincoins que venden los envases vacíos para echarle el quitaesmalte que una quiera. Pero tampoco me convencen... Manias. Cuando vaya a Kiko, le echaré un vistazo al que recomiendas. El olor a manzana me tienta.
ResponderEliminarQué gran idea la del papillote, la pondré en práctica... ¡Gracias!!
EliminarYo que tenía ganas de probar esa manteca desmaquillante de TBS...me parece que lo descarto tras tus explicaciones. GRacias, guapa, me has ahorrado los euros que cueste, y el disgusto.
ResponderEliminarUn beso!
Jajajaja, te he dado inspiración, eso está de lujo.
ResponderEliminarPues me parece que ese quitaesmalte mola, tendremos que probarlo.
El jesús de peluche me parece adorable y esos pies que tiene ^_^
Un beso.
Es lo que tienen las cremas sin dispensador, que el resto se ensucia, se oxida cuando lo abres y además no te pones siempre la misma cantidad, pero son tan monas las latitas vintage de metal! Por qué las cremas hidratantes siempre nos parecen lo más de lo más el primer día que las probamos y sus propiedades se van desinflando con el paso del tiempo? Serán de obsolescencia programada, como los móviles? En fin, espero reseña bañeril, porque vaya joyita de mes...Un saludo!
ResponderEliminarMaría.
María, es muy interesante lo que apuntas aunque hay cremas que no fallan nunca. Haré un post sobre eso.
EliminarEntonces ese acondicionador de Secretos es para mí, que tengo el pelo graso y no encuentro ná para hidratar y que me dure más de un día limpio.
ResponderEliminarA ver ese post sobre desodorante en crema que lo prometiste.
ResponderEliminarM.
Me quedo con ese acondicionador porque justo es lo que busco en general. Lo de la electricidad yo lo combato con un aclarado con agua tibia tirando a fria tras el lavado del pelo. Parece una tontería, pero suele funcionar bastante bien. Besotes
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