Diorific de Dior: la historia de un bolsito que quería convertirse en "pintalabios"
En la pasada Nochebuena, una de mis tías me regaló una cartera de Desigual.
No me gusta Desigual. Me cansa, y se me antoja de muy mal gusto la campaña que lanzó este año con anuncios del tipo "me lo tiro aunque sea mi jefe".
Hasta este año, yo nunca había ido a cambiar un regalo de Navidad. Me gusta casi todo lo que me regalan y me enamora el mismo hecho de dar y recibir un regalo. Es un símbolo, habla de cariño y entrega. Ya sé que también existen obsequios de compromiso, pero como no soy una personalidad importante, no suelo recibirlos.
Para ser justa debo decir que el bolso no era feo, la artífice del regalo posee un gusto exquisito. Tenía una combinación de tonos rojos y granates bonita, invernal, como de niños comiendo tarta de arándanos delante de una chimenea, pero sé que no le voy a dar uso... y entonces, la artífice del regalo lo acompañó de un misterioso "tícket regalo por si quieres cambiarlo", lo cual... era demasiada tentación.
En Madrid me dirigí al Corte Inglés de Nuevos Ministerios, aterricé en el rincón de la marca y enseñé el flamante tícket regalo. Como nunca había hecho nada igual pensé que debía elegir otro producto de la firma y estaba dispuesta a pedir que me dejara cambiarlo por algo de, por ejemplo, Adolfo Domínguez que estaba al lado y que me emociona... cuando, sencillamente, la dependienta me dio una tarjeta de plástico por valor de 39 euros que podía gasta en CUALQUIER departamento de los grandes almacenes... incluyendo perfumería.
La media hora siguiente la pasé vagando entre los lujosos muebles de Tom Ford, Bobbi Brown y Dior como un niño al que acaban de decir que puede escoger el juguete más caro de la tienda. Y al final me decanté por uno de los maravillosos Diorific de la colección Golden Winter de Dior.
Estos labiales de lujo no se venden más que en unos cuantos puntos exclusivos, se ofrecen envasados en el estuche joya más dorado y cautivador que he visto desde los KissKiss de Guerlain, un envase que posee un aire de espejo de feria, como uno de los cuadros de Escher...
Y se declinan en tonos que van desde el rojo encendido al labio desnudo.
Yo elegí el término medio: el tono Royale, un rosa favorecedor y empolvado, de color entre el rosa palo y el rosa viejo. Un poco pastelito de la Pantera rosa, dulce e inocente pero con un punto de sofisticación gracias a su acabado casi mate. La textura no es tan untuosa como la de los nuevos Rouge Dior, pero no resulta en absoluto seca.
Lo voy a utilizar mucho, es un tono y una textura que faltaban en mi neceser, y cada vez que me maquille la boca pensaré en la artífice del regalo... el bolso que quiso convertirse en "pintalabios".
No me gusta Desigual. Me cansa, y se me antoja de muy mal gusto la campaña que lanzó este año con anuncios del tipo "me lo tiro aunque sea mi jefe".
Hasta este año, yo nunca había ido a cambiar un regalo de Navidad. Me gusta casi todo lo que me regalan y me enamora el mismo hecho de dar y recibir un regalo. Es un símbolo, habla de cariño y entrega. Ya sé que también existen obsequios de compromiso, pero como no soy una personalidad importante, no suelo recibirlos.
Para ser justa debo decir que el bolso no era feo, la artífice del regalo posee un gusto exquisito. Tenía una combinación de tonos rojos y granates bonita, invernal, como de niños comiendo tarta de arándanos delante de una chimenea, pero sé que no le voy a dar uso... y entonces, la artífice del regalo lo acompañó de un misterioso "tícket regalo por si quieres cambiarlo", lo cual... era demasiada tentación.
... Mi elección |
En Madrid me dirigí al Corte Inglés de Nuevos Ministerios, aterricé en el rincón de la marca y enseñé el flamante tícket regalo. Como nunca había hecho nada igual pensé que debía elegir otro producto de la firma y estaba dispuesta a pedir que me dejara cambiarlo por algo de, por ejemplo, Adolfo Domínguez que estaba al lado y que me emociona... cuando, sencillamente, la dependienta me dio una tarjeta de plástico por valor de 39 euros que podía gasta en CUALQUIER departamento de los grandes almacenes... incluyendo perfumería.
La media hora siguiente la pasé vagando entre los lujosos muebles de Tom Ford, Bobbi Brown y Dior como un niño al que acaban de decir que puede escoger el juguete más caro de la tienda. Y al final me decanté por uno de los maravillosos Diorific de la colección Golden Winter de Dior.
Estos labiales de lujo no se venden más que en unos cuantos puntos exclusivos, se ofrecen envasados en el estuche joya más dorado y cautivador que he visto desde los KissKiss de Guerlain, un envase que posee un aire de espejo de feria, como uno de los cuadros de Escher...
Y se declinan en tonos que van desde el rojo encendido al labio desnudo.
Diorific de Dior en el tono Royale |
Yo elegí el término medio: el tono Royale, un rosa favorecedor y empolvado, de color entre el rosa palo y el rosa viejo. Un poco pastelito de la Pantera rosa, dulce e inocente pero con un punto de sofisticación gracias a su acabado casi mate. La textura no es tan untuosa como la de los nuevos Rouge Dior, pero no resulta en absoluto seca.
...Así queda en mis labios |
Lo voy a utilizar mucho, es un tono y una textura que faltaban en mi neceser, y cada vez que me maquille la boca pensaré en la artífice del regalo... el bolso que quiso convertirse en "pintalabios".
Concuerdo contigo en que Desigual me enerva. Me compré un vestido para ir a una cena y aunque es muy bonito me da vergüenza ponérmelo por la campaña loca que han puesto en marcha (cuando lo de tirarse al jefe no lo han inventado ellos, es tan viejo como el mundo). El color de la barra de labios no me gusta, es de señora. Pero el exterior es de ensueño!!!!
ResponderEliminarTenemos tendencia a pensar que los regalos siguen perteneciendo a quien los regala, pero no es así. Nos pertenecen a nosotros, y cambiarlos o re-regalarlos, siempre que se haga desde el cariño y la idea de que la persona que los reciba les dará el amor que tú no les puedes ofrecer, no hay mal en ello (otra cosa es encasquetar un regalo, hay matices)
ResponderEliminarTe queda uy bonito ese color de labios, aunque yo no me veo con él.
Un beso!
A mi siempre me sabe devolver regalos la verdad (y además debo admitir que me gusta Desigual, el año pasado me compré un bolso y este año tengo pensamiento de otro) pero creo que la devolución del tuyo es maravillosa la elección que has hecho, un color precioso.
ResponderEliminarY es arte hecho barra labial.
Un beso.
ay, qué gracia eso de "es de señora". A mi es un color que me sienta muy bien y que siempre acabo reponiendo. es precioso. para gustos,colores. nunca mejor dicho
ResponderEliminarJaney
a mi si que me gustan los bolsos de desigual aunque el cambio que has hecho no esta nada mal. besos
ResponderEliminarEse envase es una verdadera obra de arte. De los que tiene que dar pena gastarlos. Buen cambio, sobretodo porque lo vas a disfrutar muchísimo mas.
ResponderEliminarBesos
La publicidad de desigual me parece de lo mas vulgar.. Yo creo que has ganado con el cambio, ese color puedes ponertelo en cualquier epoca del año. El envase es puro lujo. Un beso
ResponderEliminarYo soy mala, malísima y siempre devuelvo los regalos, pero porque mi familia no piensa en mí y siempre me compran cosas que a ellos les gustan (pero que yo no me veo con ellas). Así que para dejarlas sin uso, mejor cambiarlas. El labial me parece precioso. Yo estoy buscando uno así pero un poco más económico porque ya han pasado los Reyes...
ResponderEliminarPD. Discrepo con la calificación del labial de señora, pero me ha hecho mucha gracia la expresión. Me ha alegrado el día :)
Eso es lo bueno del ticket regalo del CI, te dan una tarjeta con el importe y lo puedes gastar cuando/como/donde quieras...
ResponderEliminarEs un labial precioso, no se puede comparar con desigual, je,je
Por lo visto ahora a nadie le gusta Desigual. Pues no sé qué tendrá que ver el eslógan de una campaña con su productos. Si nos ponemos así, la mayoría de las marcas de lujo han realizado publicidad sexista y no dejas de comprar por esos sus productos de maquillaje. Qué curioso que cuando la frase tiene un componente sexual y pone a la mujer en posición de decisión (se esté de acuerdo o no con su decisión) y no de sumisa molesta tanto...en fin, la vida es chula.
ResponderEliminarNunca se me hubiera ocurrido que el labial fuese de señora, también me ha hecho sonreír la expresión. Sí que es verdad que no suelo tener ese color en mi neceser, yo oscilo entre los melocotones y los rojos...
ResponderEliminarAnónimo, gracias por tu comentario. Ha sido muy interesante, por lo que voy a entrar al trapo y responderte...
ResponderEliminarNo creo que ahora todo el mundo diga que no le gusta Desigual, de hecho Mareas y Rocipici han declarado justo lo contrario. Y sí, la forma de anunciarse influye en lo que pensemos de una marca, yo compro Mac con cuentagotas cuentagotísimas desde lo de Rodarte, por ejemplo, y con lo que me gustan los coloretes de Nars nunca he comprado el Sin por ejemplo ni el Orgasm, no me gustan esos nombres.
Eso no tiene nada que ver con ser sumisa. De hecho, hoy la sumisión toma otros derroteros. ¿Por qué nos tiene que gustar a todas Desigual, todas tenemos que suspirar por el último chico de moda, etc...?
Y además, creo que hay muchas cosas que puede hacer una mujer que no son ser sumisa o liarse con el jefe, el binomio "ángel del hogar/diablesa perversa" ha quedado obsoleto, también ese anuncio es un arquetipo y un querer encajonar a las mujeres de hoy. Yo no soy nada sumisa ni tengo intención de tirarme a nadie por ahora, eso crearía un vacío en mi vida.
Perdón, me he alargado, pero tu comentario daba pie...
Adaldrida, tirarse a alguien no crea ningún vacío, créeme. O no quieres, o no puedes; pero no vistas al tema de teoría porque no funciona.
ResponderEliminarNo, ha habido una errata. Me refiero a que no ser ni sumisa ni lo otro, el estar no crea ningún vacío en mi vida, quiero decir que se puede elegir otras opciones... He olvidado los signos de interrogación: "No soy sumisa y tampoco me tiro a nadie por ahora, ¿eso crearía un vacío en mi vida?" Obviamente no. La vida es chula, y muy rica en matices.
ResponderEliminarPor supuesto que el sexo no crea ningún vacío, cada uno vive como quiere. No visto nada de ningún modo.
Adaldrida, soy la anónima de "la vida es chula"...como no voy a estar de acuerdo contigo en el que la mujer de hoy está o debería estar lejos del binomio que planteas? Además, ese binomio es irreal, la realidad tiene infinitos matices más. Ésa no es mi reflexión, tan respetable es una como la otra, siempre que sea su propia elección, y el sexo es algo íntimo que cada uno lleva como quiere. A lo que me refiero es que cuando los casos de publicidad implican a mujeres en actitud de sumisión, nunca lo has utilizado como coartada para decir que no te gustan sus productos. Orgasm es un nombre que en principio podría resultar escandaloso y creo que con el tiempo nadie se ruboriza cuando lo ve o lo lee en el expositor. Parece que a tí te molesta la obviedad de los mensajes; a mí me molesta el mensaje subliminal y no tanto de muchas campañas en las que aparece una tía a los pies de un señor dispuesta a hacer relidad todas sus fantasías. Para una vez que la campaña es al revés y encima no existe sexismo por ninguna de las dos partes...
ResponderEliminarNo estoy cien por cien de acuerdo con lo que dices pero me encanta cómo lo dices, me ha gustado debatir contigo.
EliminarVeo muy pocos anuncios, pero la sumisión me parece intolerable. Por poner un ejemplo, me cabrea ese libro que se titula "Cásate y sé sumisa", hay que jode*rse.
Ya sé que puede parecer obvio no usar un colorete porque se llame Pecado, pero soy así, no juzgo a quien lo hace y me parece muy muy inteligente tu comentario sobre que lo sutil hace más pupa, en eso tienes toda la razón.
Me voy a alargar un poco (más):
Normalmente en este tipo de anuncios o comportamientos en cine o literatura, me suelo preguntar; ¿Si lo hiciera un hombre qué me parecería? Es otro modo de mirarlo, otro modo de feminismo. Recuerdo una peli en la que una mujer dejaba tirado al marido, engañaba... en el cine fórum jugábamos a juzgar al personaje (ojo, yo puedo juzgar una actitud en un anuncio pero nunca nunca querría juzgar a una persona, y si alguna vez lo hago es una cagada como una catedral...)
Pues bueno, el público decía que qué bien, una mujer "liberada" (habría que ver si bajo ese marbete nos están metiendo otro gol), y un chico dijo tímidamente: A ver, si el pone cuernos hubiera sido él... ¿qué estaríais diciendo ahora? Y me dio qué pensar. Porque somos iguales.
Pues que civilizados en ese cine fórum; lamentablemente la vida real y diaria no es tan idílicamente igualitaria, a mí en mi última reunión de trabajo (yo era la única mujer) únicamente se dirigieron a mí para preguntarme por los útiles de limpieza que guardaba en mi lugar de trabajo....sí, amiguita, yo también creía que el mundo ahí fuera era tan razonable como el ambiente docente en el que me había movido en mis años de estudiante...claro que somos iguales, pero muchos y muchas no se han enterado, y desgraciadamente para que un pensamiento se normalice tiene que haber antes una vanguardia de choque que remueva los cimientos, no es nada nuevo...de veras crees que la mayoría de la gente (quizá incluso secretamente los del cine fórum) no piensa que esa señora de la peli es una p....antes que una liberada?
EliminarTodos pensamos que debemos ser iguales, pero renegar de actitudes sexistas o vulgares que ponen de relieve actos de mujeres cuando se pasan por alto las tantísimas que cometen los hombres demuestra que no es así.
El debate sería interminable, igualmente me ha gustado mucho comentar contigo y que te tomases la molestia de contestarme. Un saludo!
Hola Adaldrida! Me ha encantado el labial, yo no lo veo para nada de señora mayor (o como yo lo denominaría, "de madre", jajaja). En cuanto al debate creado, no me gusta Desigual de nunca, porque me parece que te pones una vez cualquier prenda y ya está "demasiado vista". Eso no quita que a otras personas les encante y les parezca bien, al igual que a mi me parece una campaña muy vulgar. Y que conste que para nada la califico así por el papel "dominante" de la mujer, hasta ahí podíamos llegar.. En cuanto a cambiar regalos, pocas veces me he visto en la necesidad (me parece que ofendo a quién me lo regaló) aunque sí es verdad que yo suelo acertar más al regalar porque siempre me pongo en la piel del otro. Toma comentario largo! Un beso!
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