Cuando llueve... ¡botitas de agua! (En Trece marmotas)

10/12/2012
Hoy ha empezado a llover. Son las primeras lluvias del otoño, o las últimas tormentas del verano. Una lluvia de tejados húmedos, de miradas que acarician. Una lluvia violenta y extrañamente dulce.
Y, por primera vez en muchos años, he disfrutado la lluvia, me he podido rodear de ella sintiéndome a salvo: hace una semana compré mis primeras botas de agua desde que era chiquilla... en Trece Marmotas.


Trece Marmotas (Logroño)

Últimamente parece que mi blog tiene vocación de describir (y descubrir) las tiendas joya de La Rioja, y no me parece mala especialidad. No solo de Inditex viven las mujeres...
Trece Marmotas es una zapatería única, original y bastante cara. Está situada en la calle García Morato, una peatonal que parecería anodina si no fuera porque contiene la chocolatería Valor y por eso encierra el aroma de todas mis navidades... Entré para educar el gusto, sin ninguna mala intención a la vista. Entré como llamada por este impecable escaparate:



Escaparate de Trece marmotas


El suelo mullido, el silencio acogedor y las estanterías llenas de zapatos para soñar.
Están de moda las cuñas, el ante, el charol negro y los zapatos Oxford, el estilo boyish, el estampado de leopardo y los mocasines con taconazo, que merecen post exclusivo...
Toda tentación fue vencida, toda maravilla fue admirada como objeto de arte ajeno a mis deseos, pero cuando vi unas botitas de perfecto charol negro brillando como una promesa, pensé... "todos mis zapatos calan". Y esa verdad rotunda y empíricamente demostrada fue seguida por esta otra: "necesito unas botas de agua, por encima de Carlos V".


Botas Melissa, 52 euros


No me han costado tanto, al final. Cincuenta euros es un precio que estoy acostumbrada a pagar por un buen calzado. Y es mi mejor compra en mucho tiempo, excluyendo quizás mi crema de calmante de Darphin y la polvera azul piscina de Shiseido, que descansa nueva y flamante en mi neceser.
Estas botitas tienen la altura justa, por dentro están forradas de tela, son comodísimas, brillan como los tejados mojados por la lluvia, son livianas y caben debajo del pantalón si quieres cubrirlas...
Son sobrias y elegantes con picardía: tienen un lacito en relieve, pero de color negro que no rompe la negrura pulida del conjunto.



Botas en la lluvia

¡Y no calan! Regresaba a casa ya de noche, con el agua vertical arreciando, el paraguas en forma de bandera de Inglaterra (chica, ¡qué brittish!, me decía al pasar algún conocido socarrón), y saltando entre charcos como cuando era niña.

(Dedico el post a Pilar, de la Unir, que me recomendó la tienda... y ya puestos, aprovecho para felicitarla... y también felicito a Pilar de Secondo me.)

9 comentarios:

  1. Qué monas son y qué comodas así cortitas! Me han gustado mucho, guapa. Muaks!

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  2. Hace lustros que no uso esas botas, nunca me han terminado de gustar, salvo cuando era cría y era condición sine qua non ponérselas para saltar en los charcos, pero las tuyas están muy bien porque parecen botas de vestir, son finas.

    Besos!

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  3. Me han gustado,yo me he comprado unas en formato bota alta pero me han encantado.
    Un beso.

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  4. Qué monaaasss! Me han encantado, mis botas de agua son rosas y de goma pero les puse unas plantillas de borreguito y son geniales para el frío jeje.
    Un saludo

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  5. Pero que monas son con el lacito!!! :D Besos!

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  6. Tienen pinta de ser además muy calentitas para el invierno, son superglamourosas, me encantan, pero tambien los zapatos azules verdosos del escaparate, tiene pinta de ser una tienda muy especial. Besotes

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    1. Efectivamente... y esos zapatos fueron lo que primero me encandiló.

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  7. Gracias por comentar...
    Por cierto, tengo nueva sidebar flotante gracias a mi primo Rodrigo.

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  8. A mí me encantan las botas... y esas son muychulas, aunque a mí me suelen ir más altas.

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