Bésame mucho: hoy, Revlon vintage: Copper frost
Copper frost es un rouge tramposo: es rojo y no es rojo. Es cobre y es coral. Es perla. Es un rouge que se ríe de su dueña, que juega con ella al escondite. Un color tornasol.
Copper frost es un rouge retro, porque pertenece a una línea que ya no se comercializa. Pero puede encontrarse en las típicas perfumerías de provincias del norte, con pórticos de madera tallada o escaparates con anuncios en blanco y negro de Chanel.
Copper frost ha sido mi rouge desde hace tiempo: cuando escribía esporádicamente en mi otro blog sobre maquillaje solía recomendarlo, pero como entonces no hacía fotos, y menos de mí misma, mis lectores tuvieron que conformarse con mis palabras encendidas. A todos ellos dedico hoy este post: era una deuda de honor y vengo a saldarla.
Esta barra de labios alegraba mis largas jornadas de tesis, ya de por sí apacibles, y le dediqué una pieza de prosa poética hace casi cinco años. Tenéis la entrada completa aquí, pero os copio el párrafo final:
Ese traje de flores coral es el que fotografío, y hace unos días volví a estrenar el verano con él. Me lo hizo mi madre, por lo que es único en el mundo... y parece creado para el tono Copper frost de Revlon.
Copper frost es un tono muy cálido, por lo que lo acompaño con el pigmento Old Gold de Mac en los ojos, y con el colorete Cocoa de Nyx en los pómulos. Este rubor, que consegí hace un año gracias a Adriana de Colorful randomness, funciona de maravilla como polvo de sol. Debajo doy un toque de múltiple Portofino de Nars, porque la mezcla de rosa coral subido con bronce recrea un rubor veraniego muy natural.
Entre sus muchos dones destaco el de iluminar la piel: como si alguien hubiera encendido velas en la alcoba, o como si un fuego en una chimenea te encendiera el rostro. Hace el mismo efecto que unos pendientes de perla: son muchas las mañanas en las que salí de casa con la cara lavada y este labial como único adorno. Y hace que los dientes parezcan mucho más blancos.
Copper frost es un rouge retro, porque pertenece a una línea que ya no se comercializa. Pero puede encontrarse en las típicas perfumerías de provincias del norte, con pórticos de madera tallada o escaparates con anuncios en blanco y negro de Chanel.
Copper frost ha sido mi rouge desde hace tiempo: cuando escribía esporádicamente en mi otro blog sobre maquillaje solía recomendarlo, pero como entonces no hacía fotos, y menos de mí misma, mis lectores tuvieron que conformarse con mis palabras encendidas. A todos ellos dedico hoy este post: era una deuda de honor y vengo a saldarla.
Labial a conjunto con vestido |
Esta barra de labios alegraba mis largas jornadas de tesis, ya de por sí apacibles, y le dediqué una pieza de prosa poética hace casi cinco años. Tenéis la entrada completa aquí, pero os copio el párrafo final:
"La biblioteca es blanca, sus pasillos blancos, sus ventanas grandes y detrás, arces japoneses con flores rojas. Y flores rojas en mi vestido, que puedo combinar con mi pintalabios de Revlon, "copper frost", número 371. Y los chicos me dicen qué guapa estás. Sonriendo. Y me dejan notitas en la mesa. Calderón está celoso, pero me tiene enterita de diez a dos y de cuatro a nueve."
Ese traje de flores coral es el que fotografío, y hace unos días volví a estrenar el verano con él. Me lo hizo mi madre, por lo que es único en el mundo... y parece creado para el tono Copper frost de Revlon.
Copper frost en mis labios |
Copper frost es un tono muy cálido, por lo que lo acompaño con el pigmento Old Gold de Mac en los ojos, y con el colorete Cocoa de Nyx en los pómulos. Este rubor, que consegí hace un año gracias a Adriana de Colorful randomness, funciona de maravilla como polvo de sol. Debajo doy un toque de múltiple Portofino de Nars, porque la mezcla de rosa coral subido con bronce recrea un rubor veraniego muy natural.
Oyes, que cosa más linda de labial, te queda precioso¡¡¡
ResponderEliminarEl vestido es preciosisisimooo.
Un beso.
Me gusta lo de "es un rojo tramposo". Será tan trampoco como atractivo, como la mayoría de los tramposos ;)
ResponderEliminarUn beso!
Qué bueno. Tramposo he dicho en sentido de juguetón... y atractivo es y mucho. Genial conclusión la tuya.
EliminarQue vestido mas bonito, el labial me encanta!
ResponderEliminarBesitos,
Piluka
No sé si me ha gustado más el labial, el vestido o la combinación de ambos. Bueno el "tramposo" y certera la reflexión de miss potingues jajaja BESOS!
ResponderEliminarHola, ambos me gustan!!! besos
ResponderEliminarYo era de esas que te leían en el otro blog!!! Hiciste una entrada sobre tres rojos y hablaste de este. Ya ves que me acuerdo.
ResponderEliminarM (de Miriam)
qUÉ ENVIDIA UNA MADRE QUE TE HACE VESTIDOS...
ResponderEliminarMe encanta ese vestido y el copper queda fenomenal. Besotes
ResponderEliminarNada, que no encuentro Revlon por ningún lado. Ya con el anterior post me entraron ganas de ver los labiales, pero no ha habido suerte por ahora.
ResponderEliminarMira en Ebay, en páginas on line... porque Revlon se vende poco en España. En Logroño por ejemplo se vende en la perfumería Solzábal, en el casco antiguo (C/ Gallarza), y en la perfumería Primor. En los Aroma de Andalucía se vendía al menos hace año y medio.
EliminarVoy a hacer mi tercer intento con el práctico de conducir... Voy con la moral por los suelos, el billetero abierto de par en par... Lo que me está costando! Pero resulta que cuando leo este post, caigo en la cuenta de que justo al lado del mi autoescuela hay una tiendecita de ropa y complementos que tiene Revlon, y siempre está liquidando cositas de esta marca a muy buen precio. Hoy haré una incursión por su escaparate, y si coincide que está abierta entraré y preguntaré. Tu labial, Adráldida, me ha conquistado. Si lo encontrara o encontrase, prometo publicarlo. Anabel
ResponderEliminarprecioso el labial
ResponderEliminarVaya color tan bonito! Me llama mucho la atención porque se sale de los tonos más convencionales.
ResponderEliminarBesos!