En Madrid. Azul de Mar
LLevo años hablando en la red de esta diminuta tienda madrileña que me tiene cautivada.
Concretamente, tres años y medio. La primera vez lo hice casi de pasada, en mi otro blog, en un post que hablaba de cansancio y bestsellers... Volví a dedicarle la mitad de una entrada hace exactamente dos años, el uno de marzo del dos mil diez... Pero, el post definitivo en el que declaré mi amor incondicional por esta tienda joya, diminuta como una isla, fue en el post sobre el colgante en forma de galleta.
¿Qué más puedo decir? Me ha hechizado. Y no, no cobro comisión.
- Y, si ya lo has dicho todo... ¿por qué vuelves a dedicarle post en este blog?
Pues porque estuve en Madrid... y por primera vez se me ocurrió la feliz idea de disparar flash en el interior de la tienda, no vayan a creer mis lectores que solo venden vestiditos primaverales como éste:
Nada más lejos de la realidad. Azul de mar vende anillos, collares y pendientes. A veces muy alternativos, a veces ideales para una boda:
Rácimos de collares llueven sobre la pared: cuentas de cerámica se apelotonan junto a bolas de madera, y al lado, en unas minimalistas baldas de cristal, tintinean en rojo y bronce los pendientes largos más coquetos del mundo vintage.
Y, como la dueña gusta del cromatismo, los mil recovecos de la tienda están ordenados por colores. Al fondo, junto a una lámpara de papel celofán, se encuentra el rincón de los tonos empolvados, maquillaje, que tanto arrasan en la alfombra roja:
Tocados, flores y carteras pueden encontrarse allí. Bolsos de ganchillo, de crochet, de bandolera, de cristalitos. Neceseres de maquillaje, monederos de boquilla. Pero, si como a mí, te va la nostalgia del blanco y negro, tu rincón es éste:
Zapatillas de cordones en diseño minimal, botas con la punta de charol, bolsitos de cuadro vichy... ¡sombreros!
Precios razonables cuando no son francamente favorables a estos vientos de borrasca. Iluminación acogedora, música íntima... y un desvelo personal, de pequeño comercio y tienda artesana, que te hace palpar el cariño en cada vitrina, el buen gusto en cada objeto. ¿Cómo no iba a enamorarme?
Concretamente, tres años y medio. La primera vez lo hice casi de pasada, en mi otro blog, en un post que hablaba de cansancio y bestsellers... Volví a dedicarle la mitad de una entrada hace exactamente dos años, el uno de marzo del dos mil diez... Pero, el post definitivo en el que declaré mi amor incondicional por esta tienda joya, diminuta como una isla, fue en el post sobre el colgante en forma de galleta.
¿Qué más puedo decir? Me ha hechizado. Y no, no cobro comisión.
- Y, si ya lo has dicho todo... ¿por qué vuelves a dedicarle post en este blog?
Pues porque estuve en Madrid... y por primera vez se me ocurrió la feliz idea de disparar flash en el interior de la tienda, no vayan a creer mis lectores que solo venden vestiditos primaverales como éste:
Vestido de Ginger and Soul, montaje de mi amigo Lord Scutum |
Nada más lejos de la realidad. Azul de mar vende anillos, collares y pendientes. A veces muy alternativos, a veces ideales para una boda:
El rincón de los abalorios de postín |
Rácimos de collares llueven sobre la pared: cuentas de cerámica se apelotonan junto a bolas de madera, y al lado, en unas minimalistas baldas de cristal, tintinean en rojo y bronce los pendientes largos más coquetos del mundo vintage.
Y, como la dueña gusta del cromatismo, los mil recovecos de la tienda están ordenados por colores. Al fondo, junto a una lámpara de papel celofán, se encuentra el rincón de los tonos empolvados, maquillaje, que tanto arrasan en la alfombra roja:
El rincón "nude" |
Tocados, flores y carteras pueden encontrarse allí. Bolsos de ganchillo, de crochet, de bandolera, de cristalitos. Neceseres de maquillaje, monederos de boquilla. Pero, si como a mí, te va la nostalgia del blanco y negro, tu rincón es éste:
El rincón en B/N |
Zapatillas de cordones en diseño minimal, botas con la punta de charol, bolsitos de cuadro vichy... ¡sombreros!
Precios razonables cuando no son francamente favorables a estos vientos de borrasca. Iluminación acogedora, música íntima... y un desvelo personal, de pequeño comercio y tienda artesana, que te hace palpar el cariño en cada vitrina, el buen gusto en cada objeto. ¿Cómo no iba a enamorarme?
Entiendo tu pasión, a mi ese tipo de tiendas me encantan, tengo fichadas mis favoritas en Granada. Me encanta el vestido de tu "portada"!
ResponderEliminarBESOS!
Las botas altas con la punta de charol tienen que ser mías!!!!
ResponderEliminarQue chulada de tienda¡¡¡¡
ResponderEliminarUn besote.
El rincón nude me ha encantado!!.. me apunto esta tienda, vivo en Madrid y no tenía ni idea de que existia.. gracias!!
ResponderEliminarEste tipo de tiendas son una delicia. La semana que viene voy a Madrid. A ver si puedo pasarme.
ResponderEliminarGracias por descubrirme sitios nuevos :-)
Una monada de tienda. :-)) Un beso.
ResponderEliminarOlvidaba la Dirección: C/ Francisca Moreno, 3 (Metro Goya por supuesto...)
ResponderEliminarQue tienda más chula!!! no me extraña que te guste!!!!
ResponderEliminarBesos
http://ginger-maquillajealos50.blogspot.com/
Tiene muy buena pinta esta tienda...Siempre las tiendas pequeñitas asi tienen mucho encanto...
ResponderEliminarUn besazo guapa!!!
LOURDES
http://lascositasdelulu.blogpsot.com
La visitaré en cuanto tenga vida, es decir, el mes que viene, necesito confraternizar con mi lado femenino más amenudo XD. Besotes
ResponderEliminarEl rincón nude me parece un poco ñoño, de boda de barrio de Salamanca... pero el rincón negro mola trillones.
ResponderEliminarQuerida Adaldrida: ¡Con toda razón estas enamorada de esta tienda!... Es una absoluta preciosidad... ¡¡Qué divina te ves en la portada!!... ¡¡Genial!!... Un beso gigante, Claudia
ResponderEliminarQué cucada de tienda por Dior. Me pasaré.
ResponderEliminarM.