El perfume de mi bisabuela
Pero no he podido resistirme a publicar esta bellísima foto que Tous ha lanzado como buque insignia de su particular homenaje a las abuelas. Y además la fecha me permite hablar de un perfume especialísimo para mí: la colonia de mi bisabuela. Nunca podré olvidar a la "Abuela María". Se fue al Cielo, como anhelaba, hace unos cinco años, y yo tuve la suerte de pasar junto a ella una de sus últimas semanas de vida. Fue la semana más corta y dulce de la mía: el final de mi bisabuela fue apacible porque toda su enfermedad consistía en cien largos años y un cansancio atroz. "Pídele a la Virgen que me lleve ya, estoy muy cansada", solía decirme. Y un día, cuando yo me había marchado al Sur, se quedó dormida para siempre.
Una de mis misiones durante aquella preciosa semana era perfumarla, con un frasco grande de cristal que olía a té verde. Desaparecíamos ella y yo bajo una bruma de inmenso frescor. Ya en el verano, le pedí a mi abuela un tarrito de esa fragancia, y ella, con una generosidad a prueba de bomba, me regaló el frasco entero. Eau de Thé Vert de Roger & Gallet es, desde entonces, mi "perfume para recordar", mi dosis cotidiana de vitalidad, de frescor, de alegría. Es cierto que durante un tiempo la desterré del tocador: la botella se estaba terminando y me daba mucha pena (de hecho ahora queda un dedo y lo voy a reservar: en cuanto pueda me compraré otra.) Además abusé de este aroma durante un periodo de fiebres y neumonías, por lo que ha tenido que transcurrir unos meses para volver a disfrutar y que los viejos recuerdos eclipsaran a las nuevas sensaciones.
Ahora que Roger & Gallet se reinventa, volviendo a venderse en farmacias y dotando a los espacios blancos y funcionales de un aire vintage, es el momento de hablar de esta colonia. Su nota principal es el té verde, pero va acompañada de cierto aroma cítrico, alimonado, y tiene una gran persistencia en la piel. Esto lo diferencia de otros perfumes al té verde quizás aun más golosos, como Green Tea de Elizabeth Arden, que se apaga en la piel en lo que dura un suspiro. El té verde de Roger & Gallet regala un aroma muy fresco pero denso, consistente, con cuerpo. Por eso se trata de una gran opción para working girls, mujeres con un tren de vida de alto voltaje. Aporta serenidad sin opacar con su presencia.
El maridaje perfecto sería la manteca corporal de limón dulce de The Body Shop: estos dos aromas juntos desprenden un toque bucólico y chic pero no campesino. "Campestre" es el adjetivo que se me viene a la memoria cuando pienso en la Eau de Campaigne de Sisley, que despierta otros recuerdos en mí y por eso me fascina, pero debo reconocer que huele a puro campo. La diferencia entre ambas fragancias verdes consiste que, mientras Eau de Campaigne es un perfume claramente unisex, (el fundador de la firma perfumaba copn él su pañuelo), el té verde de Roger & Gallet, que en algunas páginas se publicita como "for woman and man", evoca una feminidad clásica, fresca y chispeante. Y, sobre todo... para mí siempre será "la colonia de la Abuela María".
Tus palabras me han llenado de una sensación de ternura increíble, la que siento cuando pienso en mi abuela o estoy con ella. Sigue viva, también es centenaria (bueno, a falta de unos meses) y también tiene su olor característico... ¡Ay, abuelita...! :)
ResponderEliminar¡Besos!
Qué post más bonito, Adal! Me he emocionado snif... Besos!
ResponderEliminarQue maravilla que hayas podido conocer a tu bisabuela y encima guardes tan buenísimos recuerdos de ella! Es muy emotivo.
ResponderEliminarBesos
Me ha parecido un post precioso (pese a que sigo pensando que el día de la abuela se lo han sacado de la manga)
ResponderEliminarUn abrazo y un hurra por esos recuerdos que nos traen ciertas fragancias.
Besos!
Me ha gustado mucho este post, porque me ha recordado a mi bisabuela, a la que llamábamos "Mamá Lala", que murió cuando yo tenía 6 años. En este caso, su perfume era Mitsouko, de Guerlain, y mi madre guardó durante mucho tiempo, como oro en paño, unas gotitas que le quedaban en el bote original, hasta que las Navidades pasadas mi padre, mi hermana y yo se la regalamos.
ResponderEliminarUn beso,
Paloma
Yo, como católica, celebro el día de los abuelos el 26 de julio: festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la bienaventurada Virgen.
ResponderEliminarLo demás son cuentos de esta señora para vender ositos.
He dicho.