El lado femenino
Últimamente me he lanzado a la calle y me he sorprendido a mí misma. He descubierto que, después de todo, ¡soy una mujer! Me gusta, me pierde, me arrebata lo que a cualquier mujer le perdería: los perfumes y los zapatos. Es que hasta ahora albergaba serias dudas.
A mí nunca me han gustado los zapatos: me hacen daño siempre, siempre, siempre; y como no soy masoquista no me dedico a enamorarme de ellos. Pero tengo una prima pasando unos días en mi ciudad, había que pasearla y... no se cómo, terminamos en el horrible centro comercial que hay cerca de mi casa, y dentro de él, en una tienda llamada Blanco que a mí nunca me había llamado la atención.
Allí estaban esperándome Las Bailarinas De Mi Vida. En el día menos pensado aparece el amor y cae rendido a... mis pies. Me encantan, me encantan y me encantan: tienen estampado de leopardo y son tan chic que me siento guapa nada más calzármelas. ¿No es eso lo que busca cualquier mujer cada mañana, al abrir filosóficamente su armario?
De rebote me llevé una carterita estilo lady, con esa boquilla retro que me fascina y ese trenzado campestre como de veraneo en la campiña inglesa. Más feliz que una perdiz apoquiné los veinte euros que la amable señorita me pedía. Mi prima se partía literalmente de risa con mi felicidad ingenua, de haber descubierto el mediterráneo, mientras pagaba su bikini marinero con lazo rojo en el escote.
Luego entramos en In Side y yo no hacía otra cosa que fijarme en zapatos, huy, ¿y este amor así, tan de repente? Zapatillas tipo Converse all star con florecitas moradas me guiñaban los ojos. Qué peligro.
Decidí refugiarme en un idilio recién estrenado, el de los perfumes. Empiezo a sentirme cómoda oliendo fragancias y describiéndolas en mi mente, sacando notas... Me veo como un estudiante casi analfabeto, pero he ido aprendiendo rápido. Ahora sé que me gusta el almizcle, el jazmín, la vainilla muy tenue, el musgo y el muguet. Y que me horripilan los limones italianos y las maderas, chipres y orientes: los primeros son ya demasiado frescos para mí y los segundos, demasiado cargados. Ah, y me ocurre algo peligrosísimo: ¡ya no me parecen tan caros los perfumes! Comienzo a valorar el arte de haber creado un aroma. Qué peligro.
Me muero por lo último de Biotherm: Eau de paradis. La culpable es Kitty, que me lo metió por los ojos con tanta maestría que me fue imposible resistir. La primera vez que olí esta fragancia rosa y cristalina pensé que el verano se había instalado en mis venas. Huele a calor y a penumbra de piscina, a frescura de hojas en verano, a jardín del Edén. Tiene también un ligero aroma a gominolas de domingo que no me desagrada, todo lo contrario. No es un olor de chuches, sino más bien de la manzana prohibida... Estoy enamorada de este perfume y lo acabaré comprando, cuando me paguen el recital de poesía tal vez.
Y, por último, me muero también pero en clave más cotidiana, por la Baby Cologne de Suavinex: la venden en mi farmacia por diez euros y es una auténtica adicción. Huele a bebé durmiendo en tu regazo, a tranquilidad absoluta. A camisón blanco y sábanas recientes, frescas, blanquísimas. Para más delicias no tiene alcohol. Hoy he mirado en su página y he descubierto por qué me gusta tanto: las notas que declara la firma que lo vende son: bergamota, musgo, muguet y almizcle. O sea, justo lo que yo había intuido con mis definiciones de poeta pardilla y feliz.
Oins, qué quieres que te diga hija, yo es que para eso soy muy mujer jajajaja Las bailarinas son una monada y la carterita, una cosa chic donde las haya! Anoche estrené un mono negro con aplicaciones de tachuelas (discreto, sueltecito, que así descrito suena a castigadora, pero te juro que no jajaja puedes verlo en el blog en un post antiguo), que le decía a mi amiga que será mi "uniforme de verano", porque es comodísimo! Pero eso no descarta que no adquiera complementos, ¿verdad? ;)
ResponderEliminarBesazo, guapísima!!
Yo es que tengo un vicio con los zapatos que no es norma, aunque me hagan daño la mayoría, yo sigo probando.
ResponderEliminarPor cierto, tengo unas bailarinas muy parcidas.
Que disfrutes de las tuyas sin que tur pies see dañen.
Besos!
Como me tienta la de suavinex... utilicé los biberones con el enano y tengo cariño a esa firma. Además... tiene tan buena pinta...
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarLa carterita es un amor.
Las bailarinas esas tienen pinta...te digo yo que me siento muy femenina también cuando descalzo mis pies y los destapo para verano, ains que sensación más buena.
Un besito.
Me gusta la cartera. ¿Cómo es de grande? Igual me interesa.
ResponderEliminarYo ya tengo mi vestido y mis zapatos para la defensa que será, Dios mediante, el día 29. Voy a ir un poco de rompe y rasga. Así soy yo.
Me compré el labial Casablanca de NARS. Es un tono bastante adaldridiano...
La carterita me ha encantado!!! es que en Blanco hay cosas muy monas!!! una cosita: aún no me ha llegado el libro, ha ocurrido algo con el envío? te llegó mi dirección??
ResponderEliminarbeSOS!!!
Hola guapa!! Creo que no he comentado nunca en tu blog pero lo sigo desde hace tiempo, me gusta mucho!
ResponderEliminarTengo que decir que yo también me declaro adicta a la Baby Cologne de suavinex! huele fenomenal, mejor que nenuco (y mira que también soy fan de ésta jajaja), pero la "pega" es que el botecito no ha durado ni una semana en mi casa! jajaja es un vicio, un besazo