La prueba del algodón (Dulce de nube de Kenzoki)
Una semana entera utilizando los tres productos de Kenzoki que me regaló Alejandra han dado un gran resultado: Esta mañana estuve en una tienda de la calle Portales, en Logroño.
La tienda se llama Nueva Antiqua y la regenta una farmacéutica que vende cosmética artesana. Ya tengo su gel de aloe vera puro, sus polvos para los pies que en verano hacen magia y su Agua frutal de uva, una colonia fresquita de confección casera que huele a bodega en el mes de octubre... Estaba mirando sus productos para piel sensible, como hago siempre que entro en cualquier farmacia o perfumería, cuando la dueña viene hacia mí, me mira a la cara y me dice: tú no necesitas esa crema".
Cinco palabras mágicas que no había escuchado nunca, que nunca pensé escuchar. Normalmente, cuando me acerco a alguna vendedora lo que suele decirme es, con cara de horror: "¡qué roja, sensible y reactiva tienes la piel!" Cuanto más cara es la firma que la señorita representa, mayores son los aspavientos, lo he comprobado. Pero, muy a mi pesar, casi siempre las señales de alarma eran justificadas, muy justificadas. Hasta ahora:: mi piel está calmada, translúcida... Siempre tenderá hacia el fastidioso tono rosado, pero las inflamaciones, alergias y archipiélagos de granitos rojos han desaparecido.
La autora del milagro ha sido, sin duda alguna,la Mascarilla de Dulce de Nube. La crema de loto blancoes digna, hidrata y refresca la piel, pero la veo más normal, más parecida a otros formatos en gel crema que he usado antes: Glacier essence de Sensilis, por ejemplo, o Moisture Surge extra de Clinique. Sin embargo, teniendo en cuenta que entre sus componentes hay aceite mineral, (elemento peligroso), repito que es una buena crema.
Pero es que la mascarilla de Dulce de nube es una crema sobrenatural.
Su textura es untuosa y ligera al mismo tiempo, algo esponjosa, como las nubes de azúcar. Huele a dulce, a mimos. Es un olor que calma los sentidos e induce a la relajación. Hidrata en profundidad y no engrasa: esto es una gran sorpresa porque sus ingredientes son muy nutritivos: manteca de karité, manteca de cacao y aceite de camelina. Con esta misma composición una crema de Lush, por ejemplo, me hubiera destrozado la cara, pero esta delicia de crema incluso borró un par de granitos que tenía en la barbilla. Relaja, calma, llena de luz la piel. La he utilizado todas las noches y ya no sé vivir sin ella. Cuesta cuarenta y cuatro euros, y no me parece naaaada cara para la calidad que ofrece. La veo a la altura de La Mer: recuerdo que conseguí una muestra del Gel de la Mer que contenía siete gramos hace casi un año, cuando salió a la venta, y que me gustó mucho menos que esta mascarilla. La necesitáis todas y lo sabéis: yo la necesito, tú la necesitas, ella sin dudar la necesita.
La tienda se llama Nueva Antiqua y la regenta una farmacéutica que vende cosmética artesana. Ya tengo su gel de aloe vera puro, sus polvos para los pies que en verano hacen magia y su Agua frutal de uva, una colonia fresquita de confección casera que huele a bodega en el mes de octubre... Estaba mirando sus productos para piel sensible, como hago siempre que entro en cualquier farmacia o perfumería, cuando la dueña viene hacia mí, me mira a la cara y me dice: tú no necesitas esa crema".
Cinco palabras mágicas que no había escuchado nunca, que nunca pensé escuchar. Normalmente, cuando me acerco a alguna vendedora lo que suele decirme es, con cara de horror: "¡qué roja, sensible y reactiva tienes la piel!" Cuanto más cara es la firma que la señorita representa, mayores son los aspavientos, lo he comprobado. Pero, muy a mi pesar, casi siempre las señales de alarma eran justificadas, muy justificadas. Hasta ahora:: mi piel está calmada, translúcida... Siempre tenderá hacia el fastidioso tono rosado, pero las inflamaciones, alergias y archipiélagos de granitos rojos han desaparecido.
La autora del milagro ha sido, sin duda alguna,la Mascarilla de Dulce de Nube. La crema de loto blancoes digna, hidrata y refresca la piel, pero la veo más normal, más parecida a otros formatos en gel crema que he usado antes: Glacier essence de Sensilis, por ejemplo, o Moisture Surge extra de Clinique. Sin embargo, teniendo en cuenta que entre sus componentes hay aceite mineral, (elemento peligroso), repito que es una buena crema.
Pero es que la mascarilla de Dulce de nube es una crema sobrenatural.
Su textura es untuosa y ligera al mismo tiempo, algo esponjosa, como las nubes de azúcar. Huele a dulce, a mimos. Es un olor que calma los sentidos e induce a la relajación. Hidrata en profundidad y no engrasa: esto es una gran sorpresa porque sus ingredientes son muy nutritivos: manteca de karité, manteca de cacao y aceite de camelina. Con esta misma composición una crema de Lush, por ejemplo, me hubiera destrozado la cara, pero esta delicia de crema incluso borró un par de granitos que tenía en la barbilla. Relaja, calma, llena de luz la piel. La he utilizado todas las noches y ya no sé vivir sin ella. Cuesta cuarenta y cuatro euros, y no me parece naaaada cara para la calidad que ofrece. La veo a la altura de La Mer: recuerdo que conseguí una muestra del Gel de la Mer que contenía siete gramos hace casi un año, cuando salió a la venta, y que me gustó mucho menos que esta mascarilla. La necesitáis todas y lo sabéis: yo la necesito, tú la necesitas, ella sin dudar la necesita.
Si ya de por sí le tenía ganas a esta marca, con tu entrada ya se ha convertido en deseo irresistible! he oido maravillas de esta mascarilla y mi piel sensible ya parece estar susurrándome que la necesita...resistiré un poco más la tentación y después de Semana Santa empezaré a acecharla ;)
ResponderEliminarOjú, esta la tengo yo ya comprada en USA, esperando que me llegue. Y por culpa tuya, por otro post que hiciste sobre ella.
ResponderEliminarhola reina! qué bién que te haya gustado tanto la mascarilla! he escuchado tu mensaje en el móvil, estuve de vacaciones toda la semana santa! sabía que te gustaría la mascarilla, porque es realmente una pasada, y no engrasa nada, aunque pueda dar esa impresión por los ingredientes que lleva
ResponderEliminarque sigas siendo tan fan de kenzoki y sigas escribiendo tan bién!
un beso
Alejandra, de kenzo
=)
ResponderEliminarAyer llegué de mis vacaciones de Semana Santa....necesitaba una sesión de belleza en profundidad, el jabón de taj sultana, el aceite de argán, exfoliaciones varias, cremas por allí y por aquí....y para la cara, después de limpiarla, exfoliarla, tonificarla, y aplicarme serum, me unté la cara con esa deliciosa mascarilla de dulce de nube....mi cara me lo pedía a gritos, al contrario que tu, tengo la piel mixta, y tengo miedo de eas mascarillas que te engrasan la piel...pero sin embargo esta...te deja la piel suvecita y resplandeciente.
100% recomendable
Uhmmmm¡¡¡¡ dan ganas de comérsela... con esa foto que has puesto, pero no me queda claro, es una mascarilla o una crema diaria?
ResponderEliminarChukita
Lo primero agradecer tu opinión respecto a los cosméticos Nueva Antiqua, de Logroño. Son productos que bajo mi supervision directamente elaboramos, con un estricto control sanitario y amparados por el consejo profesional farmacéutico. La tienda es atendida por personal cualificado y los productos son de una excelente calidad. Os invito a probarlos...!
ResponderEliminarBeatriz, ¡tu tienda es una de mis preferidas de Logroño, junto a la librería Castroviejo!
ResponderEliminarEl agua frutal de uva es mi colonia preferida para el verano... Tengo ganas de escribir una entrada entera sobre la tienda pero será en verano, cuando pruebe algunas otras cosas.
Me apetece probar el tónico, que contiene mis ingredientes favoritos: avena, manzanilla, aloe vera y agua de rosas, todos los principios naturales que más me gustan para calmar la piel... Y también quiero probar el contorno de ojos de la línea vinoterapia, que cuesta menos de veinte euros y lleva colágeno, silicio y uvas... Para mi madre quiero el sérum de ácidos frutales, un suero antiarrugas por sólo treinta y cinco euros.
Dan ganas de acarcarse a Logroño sólo para visitar la farmacia....no tendrás página web no??
ResponderEliminarsí, sí que hay: www.nuevaantiqua.com
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